La Unión Europea (UE) y Estados Unidos celebrarán la próxima semana la segunda ronda de negociación de cara a lograr un acuerdo comercial y de inversiones, prevista para la segunda semana de octubre y cancelada por el cierre administrativo temporal estadounidense, informó hoy el Ejecutivo comunitario.
La Comisión Europea (CE) indicó en un comunicado que esta ronda tendrá lugar del 11 al 15 de noviembre en Bruselas y permitirá que el proceso de discusión vuelva “completamente por el buen camino en términos del calendario de negociación planificado”.
Los equipos negociadores de una y otra parte abordarán temas como los servicios, la inversión, la energía y las materias primas o asuntos reguladores, apuntó la CE, que recordó que antes del cierre de la Administración estadounidense por su crisis presupuestaria los negociadores ya habían dedicado tiempo a discutir sobre compras públicas.
La CE informó además de que el jefe negociador de la UE, Ignacio García Bercero, y el de Estados Unidos, Dan Mullaney, informarán el 15 de noviembre en una rueda de prensa sobre los resultados de los trabajos.
Tras la ronda de Bruselas, la tercera tendrá lugar en Washington en la semana del 16 de diciembre.
El acuerdo que la UE y Estados Unidos empezaron a negociar en julio pasado pretende liberalizar el comercio y las inversiones entre las dos partes, que esperan que sus resultados se traduzcan en más empleos y crecimiento para ambas economías.
Además de eliminar aranceles (ya bajos de por sí entre las dos partes, alrededor del 4 % de media), el acuerdo persigue como plato fuerte la aproximación de sus regulaciones y la eliminación de barreras no arancelarias.
La CE calcula que el 80 % del potencial general del acuerdo consistiría en el recorte de costes impuestos por la burocracia y las diferentes regulaciones, así como en la liberalización del comercio de servicios y del mercado público.
Bruselas destacó que la meta es crear regulaciones similares a ambos lados del Atlántico para no tener que hacer adaptaciones en etapas posteriores, así como poner en marcha un mercado más integrado, “respetando el derecho de cada uno a regular de manera que se garantice la protección de la salud, la seguridad y el medioambiente a un nivel que se considere apropiado”.
Así, la aproximación de estándares nacionales podría también servir de referencia para desarrollar normas globales, de manera que se vieran beneficiados por ellos los exportadores de la Unión y de Estados Unidos, y que el sistema multilateral de comercio saliera reforzado, indicó la CE.