UGT, CCOO y CGC han presentado hoy a la dirección de Volkswagen Navarra una propuesta conjunta en la que defienden que la adjudicación de un segundo modelo de coche garantice el proyecto industrial de la planta “en un plazo no menor de 15 años” y genere empleo directo “de manera sustancial”.
La propuesta, que está en estudio por parte del resto de las secciones sindicales“, ha sido dada a conocer hoy en la tercera reunión que dirección y sindicatos de VW Navarra han celebrado para consensuar la oferta que van a presentar para adjudicarse la fabricación del segundo modelo, que se sumaría al Polo.
Una adjudicación que, según propuso la dirección, supondría una producción anual media de 350.000 coches combinando los dos modelos, después de la implementación del segundo, cuyo lanzamiento está planificado para el año 2018.
La propuesta de estos tres sindicatos incluye las mismas medidas de flexibilidad del convenio colectivo y un plan de rejuvenecimiento de la plantilla, que tendrá como objetivo facilitar la salida en un número “sustancial” de trabajadores y generar a la vez la creación de empleo indefinido.
Además, la plantilla se comprometería a realizar un esfuerzo económico “simbólico” que “en ningún caso merme el poder adquisitivo de los trabajadores” y estaría en disposición de acordar un aumento de jornada de competitividad “ligada a un número igual en días de libre disposición”.
Dichas secciones sindicales señalan además en su propuesta que, conscientes del efecto multiplicador de la llegada de un segundo modelo tanto para VW Navarra como para su parque de proveedores, ven “fundamental” la creación de un “foro de análisis y estudio del estatus del mismo” para acordar un marco normativo “cuyo objetivo fundamental será el del sostener y potenciar el tejido industrial de Navarra”.
Por su parte, la propuesta de la dirección, han señalado los representantes sindicales, recoge la flexibilidad actual para la fabricación de ambos modelos; el mantenimiento de tablas salariales el año del lanzamiento del segundo modelo y subida en tablas del 50 % IPC en los dos años sucesivos; así como una jornada laboral individual de 218 días.
También propone un compromiso de mejora del absentismo actual (6,5 % en diciembre de 2015) hasta situarlo en el 5,5 % en el 2016, 4,5 % en el 2017 y 3,5 % en el 2018.