La pandemia ha provocado el aumento de pisos en las ciudades, pero también de casas en zonas rurales, donde se ejerce la prostitución, una cuestión que preocupa a las administraciones, según se ha puesto de manifiesto en un curso destinado a policías locales que se desarrollaba este lunes en Badajoz.
La directora general del Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex), Estela Contreras, explicó a los periodistas que los cierres de clubes por la pandemia permitieron detectar una mayor movilidad de las mujeres víctimas que son trasladadas a pisos o a casas de campo.
En el caso de los espacios rurales, estas casas de campo son muy difíciles de detectar, debido a los entornos donde se ubican.
“Se sabe dónde están los clubes, pero los pisos, o los inmuebles de las zonas rurales no se detectan tan fácilmente”, ha manifestado Contreras, de ahí que sea “fundamental” la coordinación de administraciones, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y asociaciones del tercer sector.
Los agentes no pueden entrar fácilmente en una vivienda privada, de ahí el importante papel de las asociaciones que acceden a las víctimas para detectar esos inmuebles en ciudades o entornos rurales.
Según ha apuntado a este respecto, una plataforma ha detectado solo en Almendralejo 17 pisos donde se estaba prostituyendo a mujeres, aunque podrían ser muchos más en ese municipio.
“Preocupa la situación en toda Extremadura, porque esta realidad existe y hay que combatirla”, ha aseverado.
Por su parte, la directora general de Emergencias, Protección Civil e Interior, Nieves Villar, ha destacado la importancia de la formación a los agentes, pues son los más cercanos a los pequeños municipios y por tanto los responsables de la primera intervención ante este tipo de delitos.
El curso “Aproximación a la trata de personas con fines de explotación sexual en Extremadura” va dirigido a la Policía Local de municipios de la comunidad autónoma, donde se forma en relación a cómo afrontar estas situaciones, la atención a las mujeres y los recursos existentes.
Según se ha indicado, solo entidades como MZC o Apramp trabajan en la actualidad con 204 y 330 mujeres víctimas de trata, respectivamente, en un territorio donde las mafias aprovechan la cercanía con Portugal para trasladarlas al país vecino en el caso de presión policial.