La contestación a la macrocelulosa de Altri desborda Palas de Rei en una manifestación multitudinaria

El proyecto de Altri para construir una macrocelulosa en Palas de Rei es desde hoy un plan todavía más difícil de defender. Miles de personas han desbordado a los organizadores de la manifestación convocada en esta localidad lucense de tres mil quinientos habitantes. La caravana de coches que colapsó la nacional 547 ya anunciaba desde la hora del desayuno una “manifestación histórica”. Veinte mil personas, desplazadas desde toda Galicia, se han unido para dar un mensaje rotundo: “Altri, non”. Muchos ni siquiera han conseguido llegar a tiempo, atrapados en la marea de vehículos que circulaba hacia el centro de Galicia.

Bajo el lema “Dende a Ulloa ata a Ría, terra, auga e aire son vida! Altri non!”, la marcha partió del polígono industrial, donde se habilitó una zona para el aparcamiento de autobuses, llegados de numerosos puntos de Galicia. Después, discurrió hacia el centro de la localidad y, tras realizar una parada ante el ayuntamiento, finalizó en la Praza da Feira. Allí, leyeron el manifiesto dos vecinas: Mónica Cea, de Palas de Rei y Maika Sánchez, de Agolada, municipio limítrofe aunque perteneciente ya a la provincia de Pontevedra.

El texto recreaba una mirada desde un futuro sin la factoría hacia este 26 de mayo “que lo cambió todo” al dar el primer paso para frenar la instalación del “monstruo desmesurado”. “Ríos de gente de toda Galicia inundaron las calles para defender el río que la celulosa quería matar. ¿Y sabéis qué? Pese a todo el poder y el dinero de los promotores, ganamos. Ganamos. Conseguimos parar aquel terrible despropósito”.

Como ejemplo de ese “no” que “desde la Ulloa hasta la ría de Arousa” le dieron a la planta, destacaron las “25.000 alegaciones” presentadas, que consideran “motivo suficiente para parar” un proyecto que meten el mismo saco que otras agresiones ambientales como la minería o los eólicos.

Frente al modelo de “expolio” de Altri, apostaron por “la abundancia de la diversidad” en una comarca ya “puntera” en agroecología, ganadería y silvicultura. “En lugar de tres turnos de unos cientos de personas que puedan enfermar por respirar los humos de una celulosa, somos miles de trabajadoras y trabajdores responsables de la naturaleza que cuidamos y que nos cuida”.

La Terra do Medio, “las comarcas del corazón geográfico de Galicia” son “un lugar en regeneración”, una “oportunidad para la economía sostenible ”donde se trabaje con el territorio, protegiéndolo“, un territorio que es ”la raíz“ de su ”manera de comprender la existencia“ y que, en un escenario de cambio climático, posee un ”valioso potencial de riqueza“ debido a la existencia de carballeiras: los robledales que contraponen a la ecualiptización que, dicen, aumentará con el Proyecto Gama.

Antecedentes

El Proyecto GAMA, impulsado por la portuguesa Altri y el maderero Manuel García -CEO de Greenalia- a través de la sociedad GreenFiber, prevé llegar a fabricar cada año 400.000 toneladas de celulosa soluble y 200.000 de lyocell. Para eso, necesitará cada día hasta 46 millones de litros de agua procedentes del río Ulla -el equivalente a toda la provincia de Lugo- de los que devolverá 30 millones, a 27 grados de temperatura, en un punto del cauce por encima del que utilizará luego para la captación. Según la empresa, ésta es la demostración palpable de que el proceso no contamina.

La iniciativa se presentó en 2020 como una fábrica de fibras textiles y la Xunta lo colocó en el centro de su estrategia para la captación de fondos europeos Next Generation. No fue hasta la publicación en el Diario Oficial de Galicia, a principios de marzo -dos semanas después de las últimas elecciones autonómicas-, cuando se conocieron las características del proyecto y se abrió la caja de los truenos. El asunto había pasado completamente desapercibido en la campaña de unos comicios en los que el PP revalidó su mayoría absoluta.

Dos años antes, en febrero de 2022, el pleno del Parlamento respaldó por unanimidad una propuesta de los populares para defender la instalación “preferentemente” en la provincia de Lugo de la factoría de fibras textiles. El PSOE echó entonces de menos una mención a la comarca de A Mariña, donde peligra desde hace años la fábrica de aluminio de Alcoa. Previamente se había descartado el lugar que parecía más idóneo para su ubicación: As Pontes, en A Coruña, una localidad que sigue buscando alternativas al cierre de la que fue la central térmica más contaminante de España.

Todavía hoy el PP echa en cara a socialistas y nacionalistas su cambio de postura respecto a lo votado en la Cámara. La oposición responde que lo que hoy se conoce no es lo que respaldaron. Para el BNG se trata de una auténtica“bomba ambiental”. El PSOE, que se opuso al proyecto en instituciones como la Deputación de Lugo, en la que gobierna, se muestra más cauto y confía en Europa. Aún así, en el debate de investidura del presidente de la Xunta -donde Alfonso Rueda propuso a la oposición un gran pacto industrial y energético sin mencionar la macrocelulosa-, el portavoz socialista Gómez Besteiro señalaba que tras “el gran proyecto verde del PP” lo que se vislumbraba era una “gran farsa”.

Tres días antes de la manifestación, el jueves 23 de mayo, en el Parlamento se visibilizaba este nuevo escenario. El PP se quedaba solo en defensa de la futura fábrica con una iniciativa que instaba a la Xunta a dar prioridad al proyecto, eso sí, “garantizando siempre el cumplimiento de la más estricta normativa medioambiental”. El BNG y el diputado de Democracia Ourensana, nuevo en la cámara, han votado en contra mientras el PSOE se abstuvo.