El futuro presidente del PP en España, Alberto Núñez Feijóo, ve a su partido en ascenso tras la crisis abierta en la organización el pasado mes, que terminó con el liderazgo de Pablo Casado y desembocó en la convocatoria de un congreso extraordinario que va a elegir al dirigente gallego para sustituirlo. Las encuestas que se han conocido en los últimos días, dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gobierno gallego, reflejan “una tendencia creciente de voto” para su partido y que “una mayoría de ciudadanos dan por zanjada la crisis”.
Feijóo dio esta respuesta a una pregunta sobre si interpreta estos resultados como un aval a su campaña interna. Aseguró que se alegra de que los estudios señalen una tendencia al alza del PP, pero también le restó importancia al afirmar que “las encuestas, encuestas son” y que él todavía no ocupa la presidencia del partido. Aprovechó para renovar su ataque a la gestión del Ejecutivo central, al que calificó de “inestable, fracturado y alejado de la realidad”: “Es como si tuviésemos un Gobierno que no gobierna España, sino la España que ellos creen que existe”.
El presidente gallego, que compareció de urgencia esta semana en el Parlamento gallego para hablar de la crisis en varios sectores económicos por la subida de precios y centró su intervención en prescribir al Gobierno un decálogo de medidas que cree que debería adoptar, acusó al equipo de Pedro Sánchez de “negar la evidencia” y de intentar desviar la atención “diciendo que es consencuencia de la guerra de Ucrania”.
Las preguntas sobre su sucesión tanto en el PP gallego como en la Presidencia de la Xunta las resolvió del mismo modo que en las últimas semanas: sin despejar ninguna incógnita. El partido comunicará la vía elegida para buscar su reemplazo cuando lo considere oportuno “y en el foro adecuado”, manifestó Feijóo. “Le corresponde decidir al partido”, insistó y repitió que hay que esperar decisiones previsibles y que darán “estabilidad” al Gobierno gallego.