Lula busca recuperar alianzas en su primera gran cumbre regional como presidente

Ayelén Oliva

Buenos Aires —

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Después de su paso por Buenos Aires, Luiz Inácio Lula da Silva visitó este miércoles Montevideo para reunirse con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, que mantiene firme su reclamo, a los países que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur), sobre la flexibilización del bloque en sus acuerdos comerciales. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) busca reactivar el organismo multilateral en un momento de tensión después de que Uruguay intentara avanzar de manera bilateral con un posible tratado de libre comercio con China, lo que causó malestar en algunos países del bloque como Argentina.

El mandatario brasileño se ha mostrado partidario a buscar un acuerdo entre China y Mercosur, tal y como también ha defendido Fernández. “China es el primer aliado comercial con Brasil y Brasil tiene un gran superávit con China. Queremos discutir, con nuestros amigos chinos, un acuerdo Mercosur China”, expresó este miércoles el presidente brasileño durante su visita a Uruguay. 

En relación al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, Lula dijo que es “urgente y necesario” que el bloque concrete el pacto. “Vamos a intensificar nuestras discusiones con la Unión Europea para firmar este acuerdo y para que podamos discutir enseguida un posible acuerdo entre China y Mercosur y creo que es posible”.

Luis Lacalle Pou insistió en la necesidad de su país de “abrirse al mundo”. “Tratar de hacerlo con todo el Mercosur, básicamente. Creo entender bien que Uruguay está con sus negociaciones y no tiene ningún impedimento en informar de lo que viene haciendo y negociando”, dijo el presidente de Uruguay.

En la tarde del miércoles, Lula da Silva hizo lugar en su agenda para visitar también al expresidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, en su chacra en las afueras de Montevideo. Mujica describió a Lula como un mandatario que está por encima de las diferencias políticas. “Lula ha demostrado con la alianza que hizo que está por encima de las cuestiones ideológicas y tiene un espíritu pragmático abierto para enfrentar las enormes dificultades que tiene”, dijo este miércoles el expresidente.

Puntos de consenso

Más allá de la imagen de Luiz Inácio Lula da Silva con los dos pulgares en alto rodeado de los representantes de 33 Estados y algunos selfies, la VII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de este martes en Buenos Aires ha dejado un centenar de puntos de consenso y casi una docena de declaraciones especiales en la llamada Declaración de Buenos Aires.

Los Estados se comprometieron a coordinar acciones para asegurar el papel central a nivel mundial que América Latina ocupa en la seguridad alimentaria como principal región exportadora neta de alimentos. También a diseñar políticas conjuntas para la protección medioambiental debido a su volumen en la producción de recursos naturales.

Los 33 países se comprometieron a respetar la democracia y los derechos humanos y garantizar “elecciones libres, periódicas y transparentes”. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, marcó distancias y denunció la situación política en algunos países del continente, como Venezuela, Cuba y Nicaragua. “Claramente hay países acá que no respetan ni las instituciones, ni la democracia ni los derechos humanos”, dijo. “No tengamos una visión hemipléjica según el perfil ideológico”.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió la liberación de los “opositores que aún se encuentran detenidos de forma indigna” en Nicaragua y también se refirió a la crisis Venezuela, pidió elecciones “libres, justas y transparentes”.

Pero además de las cuestiones políticas de fondo, hubo una decisión del orden administrativo de la Celac que destaca sobre el resto. Por primera vez, un país del Caribe presidirá el mecanismo de coordinación regional más amplio de América Latina. Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas asumió este martes la presidencia pro tempore del foro, un pequeño país insular formado por 32 islas e islotes, que tiene al mismo mandatario gobernando desde 2001 y que se organiza bajo un sistema de monarquía parlamentaria dentro de la Mancomunidad de Naciones.

Ralph Gonsalves lidera el Partido de la Unidad Laborista y ocupa el cargo desde hace más de 20 años. En las últimas elecciones en 2020, logró su quinto mandato consecutivo. La relación de San Vicente y las Granadinas con el programa PetroCaribe, lanzado en 2005 por el entonces presidente Hugo Chávez que establece que Venezuela suministra petróleo a los países caribeños a precios más bajos y con facilidades de pago, explican la suspicacia con la que los gobiernos de centroderecha de la región miran a Gonsalves.

Repudio a la represión en Perú

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no asistió a la cumbre, pero sentó posición sobre la crisis en Perú. Lo hizo mediante un vídeo grabado en donde pidió al foro un pronunciamiento conjunto contra la represión en Perú, en las que han muerto más de 60 personas desde diciembre pasado en el contexto de las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte. “No debemos dejar solo al pueblo hermano del Perú, fue una infamia lo que hicieron con Pedro Castillo y la forma en que están reprimiendo al pueblo”, declaró el mandatario mexicano en un mensaje que envió en video a la Cumbre de la Celac que se celebra en Buenos Aires.

Pero López Obrador ha se detuvo ahí sino que pidió por la libertad del exmandatario peruano, Pedro Castillo, que aún es reconocido por México como presidente. La respuesta de la canciller peruana, Ana Gervasi, no se hizo esperar. Gervasi lamentó este martes que en la Celac haya países que “no hayan acompañado a Perú” después del intento del expresidente Castillo de cerrar el Congreso. “Es de lamentar que algunos gobiernos de países particularmente cercanos no hayan acompañado al Perú en este difícil trance institucional y hayan priorizado la afinidad ideológica al apoyo inequívoco al estado de derecho y a la sucesión constitucional”, dijo la canciller peruana.

Castillo fue destituido por el Congreso el 7 de diciembre pasado después de que anunciara el cierre del Congreso, la intervención en el poder Judicial y el establecimiento de un gobierno de emergencia, unas horas antes de que el Congreso debatiera la solicitud de destitución en su contra. La Fiscalía peruana le abrió una investigación por rebelión y le impuso 18 meses de prisión preventiva.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró que Perú necesita un “cambio de rumbo” ante la violencia “inaceptable” del último mes ante las protestas. “No podemos ser indiferentes cuando hoy en día en nuestra hermana nación de Perú personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debiera defenderlas”, dijo Boric el martes. Sin embargo, el presidente de Chile no pidió la liberación de Castillo como sí lo hizo López Obrador, quien le agradeció este miércoles a Boric su postura sobre la crisis de Perú.

“Mi reconocimiento al presidente Boric de Chile, quien el martes en su intervención trató el tema muy bien. Lo mejor en este caso es que se convoque a elecciones, que sea el pueblo el que decida, que se acuda al método democrático”, dijo López Obrador en su rueda de prensa diaria.

“Fuera de la democracia no hay libertad ni dignidad posible”, dijo Boric. “La democracia se debe respetar especialmente en elecciones libres cuando gana aquel con quien no estoy de acuerdo y los derechos humanos son avances civilizatorios que deben ser respetados”, dijo el presidente de Chile.

La otra agenda

En una serie de reuniones paralelas a la cumbre, la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta entre 2007 y 2015, recibió este martes a los líderes de la izquierda en su despacho en el Senado. Fernández de Kirchner mantuvo un encuentro con los presidentes de Bolivia, Colombia y Honduras. Si bien la visita más estruendosa ha sido la que no fue, la del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien la vicepresidente esperaba poder conversar en el marco del encuentro.

Fernández de Kirchner se reunió, en primer lugar, con el presidente de Bolivia, Luis Arce, en un contexto de dura conmoción interna después de la detención del gobernador de Santa Cruz y uno de los principales líderes de la oposición, Luis Fernando Camacho, por la causa que investiga el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. Además, del debate abierto al interior del gobierno entre Luis Arce y el expresidente Evo Morales, después de la decisión de su partido del 14 de enero pasado de destituir seis diputados de su espacio político por considerarlos “traidores”.

Unas horas después, Fernández de Kirchner recibió en ese mismo lugar al líder colombiano, Gustavo Petro y a la mandataria hondureña, Xiomara Castro, quien visitará España en viaje oficial a finales de febrero, según adelantó a EFE el embajador del país centroamericano en Madrid, Marlom Brevé Reyes.

Con información de EFE