Estudio sobre terapia después del trasplante

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El tratamiento inmunosupresor de un paciente trasplantado va evolucionando según los cambios que se producen en la función renal y en las características del receptor, por lo que es necesario individualizar el tratamiento. Bajo el marco del V Congreso de la Sociedad Andaluza de Trasplante de Órganos y Tejidos (SATOT), que se celebró en Málaga, se han presentado los resultados a 12 meses de un estudio sobre la mejoría de la función renal en pacientes con inmunosupresión de mantenimiento que inician micofenolato sódico (MFS), en el trasplante renal (MIDATA).

Según Ana Sánchez Fructuoso, del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y uno de los principales investigadores en el Estudio MIDATA, el objetivo de este nuevo estudio era “conocer el uso del micofenolato sódico (MFS) en la población trasplantada renal española en condiciones de práctica clínica diaria”.

Entre otros objetivos del estudio estaban: “conocer los motivos de conversión en pacientes estables en la práctica clínica habitual y evaluar la eficacia y seguridad del MFS en pacientes que lo reciben a los 12 meses de seguimiento”, señaló Mª José Ricart Brulles, Médico Consultor de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona y otro de los investigadores en el Estudio MIDATA, en un subestudio de pacientes con trasplante reno-pancreático.

Estudio MIDATA

Se ha demostrado que la intolerancia gastrointestinal asociada al micofenolato mofetil (MMF) puede hacer necesaria la reducción, interrupción o retirada de MMF, conduciendo a un riesgo incrementado de rechazo agudo. Por otro lado, la eficacia y seguridad del micofenolato sódico (MFS) son comparables a las de MMF. Por tanto, existía una necesidad de un mayor número de datos sobre la pauta de tratamiento y tolerabilidad de su uso en la práctica clínica.

Por todo ello, se presenta MIDATA, un estudio observacional, multicéntrico, a nivel nacional, con un periodo de seguimiento de 12 meses, en el que se han incluido a pacientes con un trasplante de riñón y de riñón-páncreas que inician tratamiento con MFS. En este estudio han participado, aproximadamente, un 80% de los centros de trasplante renal, de todo el territorio español, con un total de 55 investigadores. Se han registrado datos correspondientes en el momento de la introducción del fármaco (basales) así como a los 1, 3, 6, y 12 meses de seguimiento. Se recogieron datos de un total de 971 trasplantados renales y de 54 pacientes con trasplante reno-pancreático.

CONCLUSIONES

En este estudio “se analizaron las características de los pacientes tratados con MFS, tanto desde el momento del trasplante (de novo) como de los que lo han iniciado posteriormente (conversión); los principales motivos de la conversión a MFS; las dosis utilizadas de MFS y número de tomas a lo largo de los 12 meses de seguimiento en ambos grupos; la supervivencia del paciente y de ambos injertos, así como la causa del fallo de los mismos; y la evolución de la función renal y pancreática a lo largo del seguimiento”, comentó Ricart.

En el Congreso de la SATOT se presentan los resultados a 12 meses analizados del registro MIDATA renal. “El tratamiento con MFS conlleva un cambio significativo en la función renal, de forma que se invierte la tendencia de deterioro progresivo de la misma en el tiempo antes de la conversión por una mejoría tras 12 meses de tratamiento con MFS. Dicho efecto puede ser atribuible a una disminución en la dosis de inhibidores de calcineurina y/o a una mayor eficacia inmunosupresora de MFS al mejorar la tolerabilidad gastrointestinal y la absorción del fármaco”, explicó Sánchez Fructuoso.

El otro hallazgo interesante de este estudio es que un porcentaje de pacientes con intolerancia gastrointestinal a MMF, pueden ser tratados con dosis plenas de MFS sin desarrollar esos efectos adversos.