Con los embalses riojanos medio vacíos, al 16% de su capacidad total, todas las miradas están puestas en el cielo ahora mismo. Se esperan lluvias para noviembre, lo que aliviaría una situación dramática. Ya se han producido cortes de agua y medidas de ahorro para reducir el consumo este verano, pero la preocupación actual es si se pueden dar problemas de abastecimiento. La respuesta de la Confederación Hidrográfica del Ebro es tranquilizadora: “el abastecimiento está garantizado”.
Lo cierto es que el uso del agua ya no será el mismo a partir de ahora. Es en verano cuando la reserva de los embalses es más baja porque, aparte de que no llueve, “es la época de más consumo, por los riegos agrícolas”. Eso sí, este año las reservas están especialmente bajas, sobre todo en el embalse de Mansilla, que se encuentra al 8,8% de su capacidad.
Las lluvias registradas este mes no han logrado revertir la mala situación, como indica El País. En el recién terminado año hidrológico, que ha finalizado el 30 de septiembre, las lluvias estuvieron un 15% por debajo de la media histórica. Pese a las últimas precipitaciones, la reserva de agua de toda la península ha seguido bajando.
“El abastecimiento de agua está asegurado para los próximos meses”
En La Rioja también ha sido así, pero, con la campaña de riego ya terminada, los usos prioritarios del agua son el abastecimiento y el caudal ecológico, lo que “está asegurado para los próximos meses”. Desde la CHE no han calculado para cuántos meses se dispondrá de agua, puesto que la previsión es que llueva.
Además, “por pocas aportaciones que haya, se sumarían al volumen de reserva que ya hay”, lo que sería, en principio, suficiente, para garantizar el suministro de agua.