Yana Malakhova, refugiada ucraniana en La Rioja: “Con el fútbol podemos visibilizar la guerra y ayudar a nuestro país”

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Fue en marzo del pasado año cuando la futbolista ucraniana Yana Malakhova llegó a La Rioja para sumarse a la plantilla del DUX Logroño, junto a la portera Daryna Bondarchuck, ante la invasión rusa. Ahora, esta delantera que ha jugado cuatro años con la selección de su país, desarrolla su carrera en el CD Pradejón y trabaja como monitora en la Academia Tiki-Taka.

Echando la vista atrás, Malakhova recuerda cómo el 23 de febrero de 2022 volvía de saborear la victoria con su selección en un torneo en Turquía a su ciudad, Jarkov, cercana a Rusia. Desconcierto ante las primeras noticias de una posible invasión rusa, ocho horas de espera en el aeropuerto y finalmente un vuelo repleto que llegó a Kiev. “Estaba la noticia de que iba a comenzar la guerra, pero la gente no lo creía”, recuerda la futbolista. De la capital, cogió un tren a Jarkov, llegando a su destino por la noche. Fue a la mañana del día siguiente cuando una amiga le avisó del comienzo de la invasión. De ese día recuerda los atascos, los supermercados y los bancos llenos y el “olor a pólvora y ruido de bombardeos lejanos”. “Fue una locura”, describe. “La gente iba al otro lado de Ucrania, a zonas menos peligrosas”.

Fue su entrenador de la selección ucraniana, Lluís Cortes, -anteriormente en el equipo femenino del Futbol Club Barcelona- quien ayudó a Bondarchuck y Malakhova a llegar al DUX Logroño. Llegaron en coche, tras, como describe, cuatro días conduciendo los aproximadamente 4.000 kilómetros que separan su ciudad y La Rioja.

A los tres meses de su llegada, Malakhova consiguió trabajo como monitora de niños y niñas en la Academia Tiki-Taka de fútbol, de Gerardo García León. “Ayudó mucho”, agradece. “Gracias a él y a mis amigas, me ayudaron con el idioma”. Con el Pradejón “entrenamos por la tarde y tenemos partidos los sábados”, comenta sobre cómo discurre su vida en La Rioja.

Con su llegada, la Asociación Ucrania Rioja le apoyó con gestiones y la búsqueda de piso. “Ayudan mucho, cuando llegas a otro país estás sola, he tenido mucha suerte porque tengo amigos”, agradece a sus compatriotas. En cuanto a la gente que ha conocido en La Rioja, les define como “personas abiertas”. “Si preguntas, siempre hay personas que te ayudan, tienen mucha empatía”.

365 días después del comienzo de la guerra, Malakhova va recibiendo noticias de su madre y su hermano, que viven en un pueblo a cien kilómetros de Jarkov. “Están bien, sin bombardeos, pero oyen ruidos de estos, que están a cien kilómetros”, describe. “Jarkov tiene bombardeos creo que todos los días, mi Universidad está derruída”. “Vivir en Jarkov es peligroso, hay miedo, no tienen otras opciones”.

Yana Malakhova recibió, en nombre de su selección y de todos los deportistas ucranianos que han huído de la guerra para poder seguir compitiendo, el Premio Valores Especial de SPORT. “Este año ha sido difícil, es un premio para todas las chicas de la selección, que hicieron lo que aman y lo que pueden hacer: fútbol”, pone en valor. Una pasión que, en este año, se ha convertido en su altavoz para visibilizar la guerra: “Gracias al fútbol podemos hablar, podemos ayudar a nuestro país”.