Las duras medidas de confinamiento que sufre Madrid desde hace más de tres semanas están consiguiendo resultados ya palpables. Uno de sus hospitales de referencia, el Clínico San Carlos, que da servicio -entre otros- a los distritos de Chamberí y Moncloa, está registrando una descongestión notable en sus Urgencias, confirman los responsables de este centro.
“La tormenta ha amainado bastante. La tendencia es clara”, explica Juan González Armengol, jefe de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, durante una entrevista este lunes en la Cadena Ser. “Se nota y mucho la bajada de pacientes en urgencias en sitios como Madrid o Cataluña”, afirma el responsable sanitario, que apoya sus palabras con un dato registrado en su propio hospital: las personas atendidas han pasado de 300 a mediados de la pasada semana a 60 pacientes este lunes.
La mayoría de pacientes que llegan a las urgencias desde hace días padece Covid-19, personas que presentan diferentes cuadros, pero que en su mayoría se contagiaron de la enfermedad antes de iniciarse el periodo de cuarentena, detalla González Armengol. No obstante, el sanitario es prudente y advierte que la mejora de la situación “no significa que no vaya a haber más muertos” y que la lucha contra la pandemia todavía es larga.
Sus palabras confirman las imágenes compartidas por uno de los trabajadores del Clínico este domingo, en la que se observa una zona de Urgencias casi vacía: “Es la primera vez desde el inicio de la pandemia Covid-19 que la Sala de Urgencias del Hospital Clínico se ve así. Se me saltan las lágrimas! Estamos más cerca.... Vamos!!!”, escribía en Twitter.
González Armengol indica que gracias a la descongestión de las Urgencias, en el Clínico están pensando ya “en el trabajo de reversión para tratar de normalizar todo esto. Los hospitales tendrán que volver progresivamente a su dinámica normal”, explica con prudencia sobre el proceso para recuperar las consultas periódicas anuladas al resto de pacientes. También hace hincapié en que durante este periodo se ha aprendido a tratar pacientes de otras dolencias “con fórmulas imaginativas y telemáticas” que han funcionado.