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Veto a los pisos turísticos solo en el distrito Centro

Frenazo al alquiler turístico en Madrid. El Ayuntamiento está a punto de decretar una moratoria para todas las licencias destinadas al alojamiento en pisos residenciales del distrito Centro, avanza la Cadena Ser, y así ganar tiempo en la tramitación de su Plan Especial de Alojamientos Turísticos, algunas de cuyas acciones adelantó en diciembre.

En la práctica, esta medida supone frenar todas las nuevas modalidades de hospedaje “que se implantan como usos compatibles en edificios existentes de uso residencial”. No se podrán conceder “licencias y declaraciones responsables, excepto las licencias de funcionamiento”, explica el área de Desarrollo Urbano Sostenible. Además, quedan detenidos “todos los actos de uso del suelo, de construcción y edificación y de ejecución de actividades”.

La medida afectaría solo al distrito Centro y deja fuera barrios de zonas aledañas como Chamberí. Tanto Gaztambide como Arapiles o Trafalgar cuentan ya con un importante parque de viviendas turísticas dentro y fuera de la ley, que podría aumentar y replicar los problemas que sus excesos están provocando solo unas calles más abajo.

Estudio y propuesta de ampliar la moratoria

La moratoria turística es una de las medidas que el Ayuntamiento va a tomar después de leer las conclusiones de un estudio que presentará este jueves, en el que se alerta sobre “la progresiva especialización comercial y de tránsito del centro, la masificación y saturación del espacio público, la sustitución de la vivienda permanente por temporal, la expulsión de la población, el deterioro de la convivencia y la pérdida de identidad de los barrios”, publica la Cadena Ser citando fuentes municipales.

Organizaciones vecinales del distrito Centro y de otras zonas de la capital exigieron al Ayuntamiento hace unos días una moratoria turística en 40 barrios de Madrid (en lugar de en los 6 que ahora propone el consistorio). Además, pusieron en marcha una propuesta en Decide Madrid para obligar a Carmena a hacerlo. En menos de una semana ha conseguido 1.600 firmas de las 27.000 necesarias para llevarse a cabo. Tienen de plazo un año para reunirlas.

Hasta el momento, el Ayuntamiento había anunciado que solo permitirá el alquiler turístico en viviendas un máximo de 90 días al año y solo si lo llevan a cabo particulares, como parte de la economía colaborativa. Los dueños de viviendas que quieran alquilar sus casa más tiempo deberían pedir el cambio de uso a hospedaje terciario para contar con la licencia pertinente. Lo mismo tendrán que hacer las empresas. El área de Desarrollo Urbano Sostenible estudia un régimen sancionador -dentro de sus competencias de disciplina urbanística- para multar a aquellos propietarios o empresas que no cumplan esta legislación.

El efecto Airbnb y la subida de alquileres

El número de viviendas turísticas está aumentado a un ritmo vertiginoso desde hace tres años. Solo en 2017 creció un 58%, según datos facilitados a Somos Chamberí por la página Airdna, que analiza datos de los alojamientos ofrecidos por Airbnb. De las miles de viviendas puestas en alquiler a día de hoy en la capital (15.288, aunque el pasado verano aumentó a más de 20.000), el 64% pertenecen a alquiladores “profesionales”, como los califica esta página en un estudio. Los particulares que alquilan su casa representan solo un tercio de la oferta total.

Los vecinos denuncian que, de forma paralela, los precios de los alquileres se han disparado por la desaparición de miles de viviendas del mercado a largo plazo, además de por prácticas de depredación llevadas a cabo por empresas de alquiler turístico. Esta situación ha expulsado de barrios como Malasaña a muchos de sus habitantes que no pudieron hacer frente a la subida de precios por llegar en algunos casos al 50%.

Además, algunas empresas están comprando y reformando edificios enteros, sobre suelo residencial, para destinarlos al alquiler turístico. Al menos seis bloques de viviendas de Malasaña están ya destinados a esta práctica. Según informó el Ayuntamiento a este periódico, todos operan sin licencia.

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