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3ttMan: “Yo no hago vandalismo”

3ttMan anda molesto estos días porque acaba de recibir su primera multa por pintar en la calle. Le reclaman 390 euros por intervenir un muro en Lavapiés. Además, se huele que en breve le llegará otra sanción similar porque un vecino le denunció hace poco mientras actuaba en San Vicente Ferrer. “Parece que la tolerancia 0 está cogiendo forma”, afirma medio en broma.

“Considero que no estoy haciendo vandalismo cuando pinto”, asegura, y consecuente con su forma de pensar actúa siempre a plena luz del día, sin esconderse. “Busco una pared abandonada y hago un mural con color, fresco, desenfadado y que le gusta a la mayoría de la gente”. “Regalo una obra a la gente que pasa por la calle, es todo. Si llega la policía yo doy mis papeles, les explico lo que estoy haciendo y la mayoría de las veces lo entienden y me dejan continuar”.

Prolífico artista -quien no haya visto sus reconocibles creaciones de hombres de tres cabezas es que no ha paseado por el barrio o lo ha hecho con los ojos cerrados-, es señalado por expertos en la materia como Javier Abarca como uno de los destacados representantes de lo que este mismo crítico ha dado en llamar 'postgraffiti'.

SM -Tus obras, entre otras cosas, difieren de las de otros artistas urbanos en que el mensaje que quieres transmitir no es tan directo, cuesta percibirlo.

3ttMan -Me gusta contar historias, transmitir mensajes, buen rollo a través de los colores alegres que empleo, pero no pretendo ser un justiciero, yo no digo a la gente 'esto es lo que tienes que pensar'; me gusta dar pistas, la ambigüedad, que la gente se haga sus propias historias.

-Y nada de política...

-No, no me interesa. Mis temas son más cercanos, socioculturales, místicos: el bien y el mal, la religión. Estoy revisitando la religión, sus símbolos. Es un cuento, hay que tomársela así, y es positivo puesto que va de un tío que te decía que hay que hacer el bien.

-¿Qué diferencia hay entre pintar una obra en la calle y pintar un cuadro?

-En la calle el trazo es más espontáneo y extrovertido, hay inmediatez, frescura, los trabajos tienen más de juego con el público, juego irónico y divertido. El cuadro sabes que es algo que va a quedar ahí para siempre y todo está mucho más pensado, avanza con pausa.

-Hace poco te borraron un enorme mural que habías realizado junto a Remed y a Fefe en la calle del Barco, ¿qué se siente cuando ves qeu desaparece una obra tuya?te borraron un enorme mural

-Es algo que tengo asumido. El arte urbano es totalmente efímero. Me gusta incluso por eso. Me permite trabajar de manera más suelta. El borrado es parte del proceso.

-Instituciones como la Tate Modern de Londres te han invitado a pintar, viajas continuamente a numerosas ciudades de España y del extranjero a participar en festivales, se hacen eco de tu trabajo importantes medios de comunicación. ¿Todo este reconocimiento te sirve a la hora de reivindicarte como artista urbano?

-Son cosas que se van acumulando pero en mi día a día no cambia nada. Yo quiero vivir de esto y aún la falta de dinero es un tema que me preocupa. Este mes de noviembre salimos en la revista de Easyjet, en un artículo en el que venden a Madrid como ciudad donde se mueve 'street-art', pero por otra parte te multan. El arte en general es un juego y es increíble poder vivir de un juego.

-Dices no tener nada en contra del graffiti pero dejas claro que tú no eres un graffitero. ¿Te molesta que el público en general, y mucho menos las autoridades, no hagan distinciones entre un tag (firma), unas letras, una plantilla?

-Lo de las firmas y las letras nunca fue lo mío, aunque lo respeto. El graffiti es la rama del arte urbano que más tiempo lleva y el primer movimiento con conciencia de trabajar en la calle y sólo en la calle. Respecto a las firmas, creo que aunque desde fuera se nos llame a todos igual los vecinos sí que hacen la diferenciación entre lo que hacen unos y lo que hacemos otros: ven cuando hay color, cuando cuentas una historia... La gente lo percibe y a mí, generalmente, me animan y entienden, desde el viejo al niño e, incluso, el policía. Me hubieran caído más multas de no ser así. Hay una especie de escala de vandalismo que ellos hacen y lo mío lo califican como un vandalismo de baja intensidad. En general, el postgraffiti suele ser más respetuoso.

-Comienzas a pintar hace 10 años, en Lille, la ciudad francesa de donde provienes, y poco después llegas a Madrid y aquí te quedas. ¿Qué te gustó de esta ciudad y de esta zona donde vives?

-Me gusta el sol y la comida y el hecho de que pasan muchas cosas en la calle. Me gusta mucho la relación que se da entre las personas, la locura de Madrid, es una mezcla perfecta que tiene como resultado un 'caos organizado'. De Noviciado y alrededores me gusta que siendo una zona muy céntrica no deja de ser un barrio. Es un ecosistema de pueblo dentro de la gran ciudad.

-¿Cómo ves al arte urbano en general?

-Está cogiendo fuerza, incluso como arte establecido. Cada vez hay más gente que se dedica a pintar en la calle. Internet ha hecho que el mundo esté mucho más conectado y la Red ha creado afición. El endurecimiento de las sanciones que se imponen no han acabado ni lo harán con quienes vivimos por esto.