La organización de 'Cineshock', el ciclo gratuito de cine de terror de serie B con el que el pasado viernes se reabrieron los cines Luna, ha recibido todo tipo de críticas negativas después de que más de 300 personas -hasta 600, según algunos cálculos- se quedaran sin poder entrar a ver la película que lo inauguraba. Algunos no consiguieron su objetivo tras permanecer dos horas y media haciendo cola. El aforo de la sala 4 de los Luna sólo es de 236 personas.
Contactamos con Popy Blasco, uno de los organizadores, a través de correo electrónico para que nos ofrezca su versión de los hechos. Blasco se defiende de los ataques de quienes hablan de que sólo amigos y prensa tuvieron acceso a la proyección.
En diversos blogs y foros de internet el debate sigue muy vivo. Sea como fuere, después del viernes hay una cosa clara: habrá más 'Cineshock' en los cines Luna en próximas fechas.
-¿Cómo gestionásteis el tema de las entradas 'VIPS' y cuánta gente -entre invitados y periodistas- entró sin hacer cola? -No había entradas VIPS. Simplemente hicimos flyers informativos que dábamos en mano a la gente que conocíamos, pero dichos flyers no garantizaban la entrada a nadie. Sin invitación, entre conocidos, amigos y prensa entraron 150 personas. Mucha gente conocida por nosotros se quedó en la puerta.
-Se dice que, una vez el aforo de la sala se completó, nadie salió a avisar a quienes guardaban la cola de que nadie más podría entrar. -No es cierto. Sergio, un compañero, salió a decir que no cabía más gente, pero la gente hizo oídos sordos. Como no se iban nos dispusimos a volver a salir (por segunda vez) para avisarles de que el aforo estaba completo, pero fue imposible debido a que las primeras personas de la cola estaban dando patadas a la puerta.
-Personas que a las 20 horas estaban haciendo ya cola, a unos 10 metros de la entrada, no lograron entrar... -Benjamín Barroso, era el primer chico de la fila -fan de Demons, nos contó, durante la presentación, que la había visto en 17 ocasiones- y entró con 80 personas detrás. Ese es el dato real. Cuando llegamos a 150 dejamos de permitir la entrada a conocidos. El resto del aforo se completó con personas que aguardaron su turno. Nuestro interés en que entrase gente de la cola era mayúsculo.
-Dado el interés de público y la repercusión mediática de 'Cineshock', ¿habrá próximas sesiones? -Sí, habrá próximas sesiones.
- Habíais condicionado la continuidad de la iniciativa a la aparición de patrocinadores, ¿tu afirmación anterior quiere decir que ya los tenéis? -El tema de los patrocinadores está aún en trámites, por lo que es un poco precipitado hablar aún de uno en concreto.
-¿Os habéis planteado hacer entradas-invitaciones para la próxima vez, o establecer algún otro método de 'pase' para que no vuelva a ocurrir lo de este viernes? -Esta semana nos reunimos para hablar de todos los problemas que surgieron y, o haremos entradas-invitaciones para la gente de la calle, o daremos un par de sesiones por película, o abriremos otra sala más. Aún está por decidir.
-¿Podéis adelantarnos los títulos de las próximas películas que exhibiréis? -No. Será sorpresa, pero garantizamos que la gente se lo pasará igual de bien que con “Demons”, o mejor.
-¿Sorprendido ante la respuesta del público?
-Absolutamente desbordados. Fue una noche increíble. De haber sabido que íbamos a tener tanta repercusión lo habríamos organizado de otra manera, pero lo cierto es que toda la avalancha nos pilló por sorpresa. No hicimos convocatoria de prensa ninguna. No avisamos a laprensa. Todos los medios acudisteis a nosotros.
-¿Alguna otra cosa que quieras aclarar? -Sí. 'Cineshock' no es un festival elitista para amigos “modernos”, como ciertas personas han dicho. Es un festival para todo el mundo: para aficionados al género, para no aficionados al género, para modernos, para antiguos y para cualquiera que quiera ver las películas que proyectamos en los cines Luna de manera gratuita. Nuestra única intención es la de abrir los cines Luna para ver películas de terror gratis. El primer día todo Madrid quiso entrar, pero eso sobra decir que era algo absolutamente imposible. Lamentamos que mucha gente se quedase en la cola pasando frío. Obviamente, no era nuestra intención.