Una acción anónima cambió esta semana el aspecto de la escultura de la calle Palma. La paseante emuló durante unas horas a los pilotos de Fórmula 1, los ciclistas y otros hombres y mujeres anuncio que vemos cada día en las pantallas de televisión y se vio rodeada de multitud de marcas comerciales.
La intervención sobre la obra del escultor Roberto Manzano no tiene unas intenciones declaradas, aunque el logo de Santander Universidades sobre su pecho y la boca tapada por la publicidad nos hace imaginar algún tipo de denuncia relacionada con la mercantilización de la universidad denunciada desde la implantación del Plan Bolonia en España, intensificada después con las reformas emprendidas desde el Ministerio de Educación y Cultura.
Afortunadamente, esta acción resultó inocua sobre la obra que saluda a los viandantes de la calle Palma desde 1999, no como el acto vandálico que sufrió hace año y medio y que acabó con su cuerpo por el suelo y su cabeza decapitada. Por su apariencia de movimiento también ha recibido el nombre de Joven bailando en referencias como la de Monumenta Madrid, página que muestra también algunas de las pintadas sufridas por el monumento durante estos años.