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Los comerciantes del mercado de Barceló están inquietos

En plena Semana Santa las excavadoras comenzaron a horadar los Jardines del Arquitecto Ribera para construir sobre éstos la instalación provisional en la que se ubicarán los más de cien comerciantes que actualmente tienen sus puestos en el Mercado de Barceló.

Este centro comercial, con medio siglo de existencia a sus espaldas, va a ser demolido y levantado de nuevo por el Ayuntamiento de Madrid. Las obras se engloban dentro del plan de remodelación urbanística que proporcionará una nueva cara a la zona.

Obra necesaria

“El Ayuntamiento prevé que el traslado del mercado viejo al temporal se produzca en el mes de septiembre y que en el verano de 2011 estén listas las nuevas instalaciones”, afirma el gerente de la Asociación de Comerciantes de Barceló, Javier Poggio, quien cree que la obra es totalmente necesaria.

“Nuestros asociados quieren un espacio nuevo, están cansados de que todo se estropee continuamente. Además, el muelle de carga y descarga, el aparcamiento, los ascensores o las escaleras mecánicas, que tendrá el nuevo edificio son absolutamente imprescindibles para un área comercial como la nuestra”.

Intranquilidad

Aún estando de acuerdo con la actuación prevista por el Ayuntamiento, los comerciantes de Barceló se encuentran “intranquilos”, indica Poggio. A día de hoy, aún no hay nada firmado con el Consistorio, que les tiene cedida la titularidad de los puestos.

Poggio afirma que “no hay pleito con el Ayuntamiento, con quien estamos destinados a entendernos,” y asegura que sólo faltan por atar pequeños flecos. Sin embargo, “de palabra todo está muy bien”, por lo que reclama que el acuerdo quede plasmado por escrito lo antes posible. El próximo 22 o 23 de abril los comerciantes celebrarán una asamblea general, con el tema de las obras como único punto del día.

Menos espacio

Financiado por el Fondo Estatal de Inversión Local, el mercado temporal costará cerca de cinco millones de euros (4.843.709 euros). “Es una buena solución para nosotros. Los clientes se pierden enseguida y luego es difícil recuperarlos”, afirman los comerciantes.

Los puestos, que estarán agrupados por sectores, quedarán distribuidos sobre la plaza en seis pentágonos, tres cuerpos mayores y otros tres menores conectados entre sí por una galería central. Toda el área estará bajo techo y contará con una perfecta climatización. Paneles de policarbonato conformarán un cerramiento ligero y translúcido del espacio permitiendo su iluminación natural, mientras que acumuladores de energía transformarán los volúmenes pentagonales en grandes linternas iluminadas durante la noche.

En el mercado provisional, cada comerciante dispondrá de la mitad del espacio que ahora posee y, una vez pasadas las inevitables molestias de las obras y reinstalados en el nuevo centro,  tendrán que pagar más por la concesión de sus puestos. La cuantía del incremento aún está por ver.