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Madrid pide aumentar los contratos de alquiler a 5 años y convoca un congreso “contra la expulsión vecinal”

Los Ayuntamiento de Madrid y Barcelona se han puesto manos a la obra para intentar frenar la burbuja del alquiler que sufren actualmente ambas ciudades. Y lo primero que han pedido al gobierno de Mariano Rajoy es que reforme la actual ley de arrendamientos para permitir los alquileres de viviendas hasta 5 años en lugar de los 3 que contempla actualmente la legislación, informan fuentes del área de Desarrollo Urbano Sostenible.

La propuesta surge de un encuentro mantenido el pasado viernes por el concejal del Área de Desarrollo Urbano Sostenible de Madrid, José Manuel Calvo y los responsables de Urbanismo y de Vivienda de Barcelona, Janet Sanz y Josep María Montaner, que se reúnen cada tres meses para compartir estrategias frente a una situación que el edil considera “de emergencia insostenible”. Si el Gobierno central aceptara este cambio, se volvería a la situación de la anterior legislación sobre alquileres, que mantuvo los precios controlados incluso durante la burbuja inmobiliaria.

Ambas ciudades también mostraron su preocupación sobre los efectos de la gentrificación y la turistificación, que está expulsando a los vecinos de sus centros, en favor de los turistas que ocupan viviendas vacacionales. Para intentar buscar una salida y para analizar con diversos ejemplos las posibles soluciones, Madrid y Barcelona han convocado para el mes de octubre un congreso internacional “contra la expulsión vecinal”, informan desde Urbanismo.

En este encuentro, al que invitarán a grandes ciudades del mundo que sufren el fenómeno de la turistificación, se compartirán estrategias que intenten frenar la salida de vecinos de los barrios “por motivos económicos”.

Propuestas y medidas de Urbanismo

Propuestas y medidas de Urbanismo

La petición del aumento del tiempo de los alquileres y la convocatoria del citado congreso son las dos últimas medidas que el Ayuntamiento de la capital ha puesto sobre la mesa para proteger a los vecinos de Madrid, después de dictar hace semanas una instrucción para impedir la conversión de edificios enteros de viviendas en hoteles o apartamentos turísticos.

El llamado Efecto Airbnb -Malasaña cuenta con más de 1.300 viviendas de este tipo- está atrayendo cada vez a más turistas a la zona pero que a su vez está expulsando a vecinos de sus barrios por la fuerte subida de los precios de alquiler al haberse reducido drásticamente la oferta. Los habitantes del centro de Madrid empiezan a organizarse con protestas, propuestas al Ayuntamiento e incluso intervenciones artísticas, como la que ejecutó Antonio do Tormento en el festival Pinta Malasaña del pasado domingo. Mientras, los partidos políticos van definiendo sus posiciones ante el problema.