Operación contra el botellón en Malasaña: 346 multas por beber en la calle en un fin de semana

Dicho y hecho: la comisariada especial que el Ayuntamiento ha puesto para Malasaña prometió a la plataforma SOS Malasaña que la Policía Municipal iba a desarrollar una operación especial “para aumentar la vigilancia y el control de actividades ilícitas que generan molestias a los vecinos”. El resultado de esta operación, que se desarrolló durante el pasado fin de semana, fue elocuente: 346 multas por consumo de alcohol en la calle en un solo fin de semana.

El dato es enorme, comparado con las sanciones impuestas por ejemplo durante todo el mes de febrero de 2018 en el distrito Centro: cuando se alcanzaron 902 durante sus 28 días. Ahora, en solo tres días y alrededor de la plaza del Dos de Mayo y calles cercanas, la Policía Municipal impuso más de un tercio de esa cantidad.

Las personas que bebían en la calle no fueron el único objetivo de los agentes, que multaron tanto vestidos de uniforme como camuflados como personas de la calle. También actuaron contra los lateros: abrieron 79 partes de denuncia por venta ambulante de bebidas y bocadillos sin permiso. Además, revisaron 54 locales de ocio y denunciaron a 14 personas por consumo de drogas y a 13 por tenencia.

Un inspector de policía para Malasaña

“Hay que ser implacable con el botellón. Vamos a terminar con él”, anunció a los vecinos la comisionada para Malasaña, Mar Barberán. Una medida policial que también aplauden los hosteleros y que se extenderá previsiblemente a los próximos fines de semana. Además de que consumir alcohol en la calle está prohibido, para la comisionada el botellón da pie a otros muchos de los problemas de los que se quejan los vecinos del barrio, como suciedad, ruido y lateros. La gravedad del asunto ha podido ser ya comprobada en persona por la representante de la alcaldesa que, incluso, días antes de que se hiciera oficial su nombramiento ya se había pateado la noche del fin de semana en Malasaña, en la que confiesa haberse tropezado con un vendedor de alcohol tras otro.

“Siento que hayamos llegado a este punto dramático en la zona para actuar, pero creo que aún estamos a tiempo de encontrar soluciones”, declaró ante los vecinos pidiendo perdón en su condición de trabajador público y admitiendo que no fue hasta la reunión mantenida por SOS Malasaña con la alcaldesa cuando ésta comprendió la verdadera dimensión de la gravedad de lo que, en múltiples sentidos, estaban sufriendo los vecinos de Universidad.

Desde el pasado fin de semana un inspector de policía específico para Malasaña marca las pautas de un plan de intervención que ejecutarán sus subordinados y que actuará especialmente en temas como el consumo de alcohol en la calle, el control de la venta ilegal de alcohol tanto en la vía pública como en comercios, las meadas o las pintadas en las paredes. Barberán aboga por las multas para disuadir a los infractores: “Cuando a alguien le pidan 751€ por micción en la calle y entre 100€ y 600€ por beber en ella se lo va a pensar dos veces”.