Después de una larga espera, el parque provisional que viene a sustituir al de los Jardines del Arquitecto Ribera durante el tiempo que estos estén ocupados por el Mercado de Barceló, ha sido abierto al público.
El jueves fueron retiradas las vallas que protegían este espacio y el viernes por la mañaña, para desagradable sorpresa de los vecinos, el recinto amanecía convertido en un verdadero estercolero: bolsas de plástico, papeles, latas vacías y botellas y vidrios rotos por todas partes.
Si la conducta incívica de quienes inauguraron esta zona haciendo botellón durante la noche es deplorable, no lo es menos la de los responsables de limpiar nuestras calles. A las 14 horas el lugar seguía pareciendo más un vertedero que un parque. ¿Acaso no vieron la suciedad los barrenderos durante su habitual ronda de trabajo?
La respuesta es obvia, verla la vieron. Incluso algún vecino se lo hizo notar directamente.
Para lo que no tenemos explicación es para el hecho de que decidieran eludir la limpieza de este espacio situado delante del Instituto San Mateo, entre las calles Beneficencia y San Mateo, en el oficioso pasaje de Modesto Martínez.
Salta a la vista que alguien tendrá que tomar cartas en el asunto para que una situación como esta no vuelva a repetirse, máxime cuando este vertedero se halla pegado a una zona de recreo infantil.
Nuria Yubero, una vecina que ha acudido al parque con su hija, se lamenta de lo poco cívicos que somos. “No es que esté en contra del botellón, dice, ”lo que sí que hay que hacer es procurar que a las 9 de la mañana quede todo limpio, tal y como sucede en otras zonas del barrio“.
Mientras hablamos con Nuria, un vecino algo mayor gritaba: “¡Qué porquería hay aquí!”
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