Sin bordillos y con árboles: así será la reforma de Palma y San Vicente Ferrer

El tramo de las calles San Vicente Ferrer y Palma que está al otro lado de San Bernardo se parecerá por fin al de la parte más cercana al Dos de Mayo. La Junta de Centro acaba de licitar las obras anunciadas para rebajar sus bordillos y mejorar la accesibilidad de una de las zonas de Malasaña con aceras más estrechas, que venían siendo objeto de reclamaciones vecinales de forma recurrente.

El proyecto, al que ha tenido acceso el periódico Somos Malasaña, incluye además de la instalación de la plafaforma única una completa reordenación de la movilidad en estas calles, que perderán todas sus plazas de aparcamiento para ampliar el espacio peatonal y dar cabida a decenas de árboles y cubos de piedra, que servirán para sustituir la mayoría de bolardos existentes actualmente en la calle.

Se plantarán hasta 56 ejemplares de árboles a lo largo de la calle de tres especies diferentes: lilas de las índias, escobillones rojos y cerezos de Japón en las intersecciones. Y se colocarán numerosos cubos de piedra de tipo Cube, de 40x40 centímetros, iguales a los que ya se han instalado en la remodelación de las calles de Chueca. También habrá un nuevo banco en el cruce de Palma con San Bernardo, al igual que al final de esta calle, en su intersección con Amaniel.

La reforma fue anunciada en abril de 2018 por el concejal de distrito, Jorge García Castaño, y responde a las numerosas peticiones vecinales a través de asociaciones, reclamaciones a la junta y proyectos presentados a los Presupuestos Participativos. Coincidirá probablemente con el final de las obras de plataforma única en Amaniel, que comenzaron el pasado otoño por la calle Álamo y que se extenderán hasta el final del verano.

Las obras también podrían tener lugar a la vez que la reforma del Dos de Mayo, dentro de una batería de nuevas infraestructuras que están llegando a Malasaña en fechas cercanas a las elecciones municipales, que tendrán lugar el próximo 26 de mayo.