En concreto, el pasado mes de febrero se interpuso una denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil de Cascante en la que una persona en calidad de propietario de una empresa denunciaba que mediante un programa informático habían sido borrados un total de 302 archivos que contenían información sobre clientes y pedidos. Además, denunció que se habían ocasionado unos daños cercanos a los 5.000 euros, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.
Se inició entonces una investigación por parte del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Tudela encaminada a esclarecer los hechos. Tras un exhaustivo estudio, se pudo comprobar la trazabilidad de la presunta dirección IP empleada para la manipulación de los archivos.
Como resultado, los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación descubrieron que la persona que se encontraba detrás de esa dirección IP era alguien ligado profesionalmente a la propia empresa.