El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) advirtió hoy de que la crisis de los desplazados continúa en Mali pese a la mejora de la seguridad en el país y afirmó que “el miedo a regresar a casa es generalizado”.
El portavoz de ACNUR, Adrian Edwards, dijo en conferencia de prensa que de las aproximadamente 430.000 personas que resultaron desplazadas en el país africano a causa del conflicto, más de 260.000 siguen en esta situación en distintas regiones.
“El regreso voluntario entre los desplazados internos es escaso, pese a que los servicios de autobús entre Bamako y Gao se reanudaron la semana pasada y a que los barcos han vuelto a circular entre Mopti y Tumbuctú”, destacó Edwards.
El portavoz de ACNUR indicó que la principal preocupación de los desplazados es la seguridad y que las dudas acerca de que la situación se haya realmente normalizado es la razón de no regresar.
“Aún hay combates, ataques suicidas, ataques de represalia contra determinadas comunidades, y hay minas y artefactos sin explotar en las regiones de Mopti, Gao y Tumbuctú. Todas estas son razones que se citan para retrasar el regreso”, manifestó.
La falta de servicios en el norte del país es otro de los factores que frenan el regreso, ya que “hay pocas escuelas abiertas y las autoridades gubernamentales siguen ausentes de muchos pueblos y ciudades, por lo que muchos desplazados prefieren esperar”.
En cuanto a los refugiados, ACNUR actualizó sus datos y afirma que actualmente hay 170.300 ciudadanos en países vecinos: 71.624 en Mauritania, 47.205 en Burkina Faso, 50.000 en Níger y 1.500 en Argelia. La mayoría de ellos son tuareg y árabes.
“El temor a las represalias es generalizado”, señaló el portavoz de ACNUR, ya que “el temor a la criminalidad y a que los yihadistas sigan en la región está muy presente en la comunidad”.