Luis Aláez, magistrado titular del juzgado de instrucción número tres de Santiago, ha notificado hoy un auto en el que requiere al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) documentación que vaya más allá de “una causa obvia” que explique el accidente del Alvia.
Aláez menciona así, independientemente del “desliz” del maquinista y único imputado, Francisco José Garzón Amo, una posible señalización insuficiente o la reducción de velocidad “tan drástica” que rige en la curva de A Grandeira, donde se produjo el descarrilamiento del Alvia que cubría la ruta Madrid-Ferrol, a la altura del barrio compostelano de Angrois.
El instructor añade que en este momento rechaza llamar en calidad de testigos a dos personas a las que previamente había citado en calidad de imputados, sin que llegasen a prestar declaración como tal al haber sido desautorizadas esas imputaciones por la Audiencia “sin descartarlas definitivamente”.
Se trata de Gonzalo Ferre, presidente del gestor ferroviario, y de Andrés María Cortabitarte López, el que fuese responsable de la seguridad en la Circulación, y Aláez deja abierta la posibilidad de un nueva atribución de posible responsabilidad supeditada “al juicio de derivación que pueda hacerse de las opiniones técnicas”.