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Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

Barroso pide a Cuba que respete los DDHH mientras la UE ultima un acuerdo para tratar de retomar las relaciones

EUROPA PRESS

MADRID/BRUSELAS —

“Es muy importante que Cuba respete los Derechos Humanos, que no tenga presos políticos. Es muy importante la libertad de expresión, la libertad de asociación”, ha declarado Barroso en una rueda de prensa en Madrid junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El jefe del Ejecutivo comunitario ha recalcado que “todo lo que se pueda hacer” en la isla para “abrir el país a los valores plenamente democráticos” será “positivo”. En este sentido, Barroso ha recordado que la UE está “discutiendo internamente” la posibilidad de revisar la Posición Común, pero que para ello es necesaria la “unanimidad” de los Veintiocho.

HACIA LA NORMALIZACIÓN DE LAS RELACIONES

La Unión Europea ultima un mandato negociador para iniciar los

contactos formales con La Habana y el acuerdo sobre este mandato está “muy cerca”, según afirman varias fuentes europeas. Sin embargo, quedan pequeños “flecos” para resolver las últimas reservas de los países que, como Alemana o República Checa, tradicionalmente han visto con más dudas la normalización de las relaciones con la isla.

La solución a esas “cautelas políticas” que aún mantienen algunas delegaciones europeas debería llegar el próximo martes en la reunión de expertos que los 28 mantendrán en Bruselas, lo que permitiría elevar a nivel de embajadores un mandato “de mínimos” en las semanas siguientes, explican conocedores de la negociación.

El objetivo es que los ministros de Exteriores lo validen en una de sus reuniones, no antes de febrero pero sí antes de que concluya la legislatura europea esta primavera, y que la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, pueda iniciar los contactos formales con el régimen cubano.

A largo plazo, ello servirá para concluir entre las partes un acuerdo en materia de diálogo político y cooperación que sustituya la llamada 'Posición Común' europea que, desde 1996, condiciona las relaciones con La Habana a mejoras en Derechos Humanos. Esta posición, firmemente rechazada por Cuba, se mantendrá en vigor mientras no se cierre el acuerdo bilateral.