El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha permitido regresar a sus casas a miles de miembros de la tribu Al Shaitat, rival de los extremistas, tras llegar a un acuerdo en la provincia de Deir al Zur, en el noreste de Siria, informaron hoy activistas.
El opositor Mohamed al Jalif dijo a Efe por internet que a primera hora de esta mañana miles de vecinos de la localidad de Granich, en el este de Deir al Zur, regresaron a sus viviendas con el permiso del EI.
En este pueblo vive la tribu Al Shaitat, así como en otras poblaciones de la zona, como Abu Hamam y Keshkie, donde por el momento el EI no ha dado su visto bueno al retorno de sus habitantes.
Según Al Jalif, en los últimos meses ha habido negociaciones entre los ancianos del clan y los extremistas para posibilitar la vuelta de los Al Shaitat a sus casas, después de que fueran expulsados por el EI hace poco más de tres meses.
El pacto alcanzado estipula que los desplazados pueden regresar en varias tandas a Granich y que tendrán preferencia los que huyeron a lugares fuera de la localidad, así como los que puedan demostrar que no han luchado contra el EI.
Aquellos que hayan combatido contra los yihadistas y estén fuera del pueblo pueden volver si prueban que están “arrepentidos” y serán ubicados en el lugar que el EI elija para ellos.
Cada “arrepentido” deberá entregar una fotografía personal a los extremistas.
Otro de los términos del acuerdo es que los mayores de dieciséis años tendrán la obligación de acudir a clases diarias de “sharía” o ley islámica en las mezquitas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó el regreso de los Al Shaitat a Granich y agregó que otros puntos del acuerdo son la imposición de un toque de queda de 20.00 hora local (18.00 hora GMT) a 05.00 hora local (03.00 hora GMT), así como la prohibición de celebrar reuniones o asambleas.
La ONG recordó que en las dos primeras semanas de agosto el EI ejecutó a más de 700 miembros del Al Shaitat, la mayoría civiles, en Granich, Abu Hamam y Al Keshkie, después de que su control cayera en manos de los radicales, mientras que el paradero de cientos todavía se desconoce.
Esta fue una de las pocas tribus árabes suníes que se opuso al avance del EI en la provincia de Deir al Zur en julio pasado, un mes después de que proclamara un califato en Irak y Siria.
Actualmente, los yihadistas dominan casi toda la provincia, excepto algunos barrios de su capital homónima y el aeropuerto, en manos del régimen sirio.