El Gobierno ha manifestado este miércoles su repulsa por el atentado perpetrado el martes en la iglesia de
Saint-Etienne-du-Rouvray, en Normandía, y ha reiterado su total apoyo al Ejecutivo francés en su lucha contra el terrorismo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha transmitido en un comunicado sus “profundas condolencias y cercanía” a la familia del padre Jacques Hamel, asesinado durante el ataque, y también a la comunidad católica francesa y a los feligreses de la parroquia de Saint-Etienne-du-Rouvray. También ha deseado una “pronta y total recuperación” a la monja que resultó herida.
El departamento que dirige José Manuel García-Margallo ha aprovechado para enviar “toda su solidaridad y máximo apoyo al Gobierno y al pueblo francés en la lucha contra la violencia y la lacra terrorista”.
“Con el asesinato cobarde y abominable del padre Hamel mientras oficiaba la misa, los terroristas pretendían provocar el odio entre cristianos y musulmanes; lo que conseguirán, en cambio, es una mayor unión entre todos en defensa de la libertad de religión o de creencia, uno de los valores fundamentales de nuestra identidad europea”, ha remarcado.