El Gobierno ha condenado hoy el ataque contra el parlamento y las violentas protestas que tuvieron lugar ayer en Bagdad y ha hecho un llamamiento a la calma, a la restauración del orden y al respeto al proceso democrático.
El Ejecutivo, en un comunicado difundido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, ha deplorado el ataque y ha reiterado su apoyo a los esfuerzos del primer ministro Al Abadi por resolver la actual situación de tensión y por promover la reconciliación entre las diferentes comunidades que componen la sociedad iraquí.
“Un Irak estable, unido y próspero, con la colaboración de la comunidad internacional, podrá hacer frente con éxito a los desafíos que tiene ante sí, empezando por el que representa la organización terrorista Daesh”, ha subrayado el Gobierno.
Cientos de fieles chiíes seguidores del líder Muqtada al Sadr irrumpieron ayer en la Zona Verde de Bagdad en señal de rechazo al nuevo Gobierno propuesto por el primer ministro, Haidar al Abadi, al que exigen un Ejecutivo tecnócrata.
Los manifestantes irrumpieron en ese área protegida de la capital iraquí después de que el Parlamento aplazara una vez más la votación de gran parte del nuevo Gobierno, lo que hace más profunda la crisis política que vive el país.
Además, siguieron la llamada de Al Sadr, que, en un discurso televisado, instó a sus fieles a rechazar el gabinete de Al Abadi por no considerarlo tecnócrata.