El Gobierno no tiene plan “B” porque está convencido de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, no se atreverá a declarar la independencia de Cataluña, en caso de que los partidos soberanistas consigan una mayoría absoluta en las próximas elecciones del 27 de septiembre, algo que creen que no sucederá.
Fuentes del Ministerio de Justicia explican que las encuestas que se manejan desde el Gobierno no otorgan a la coalición independentista que encabeza Mas la mayoría absoluta, sino que más bien muestran una polarización de la sociedad catalana en torno a su futuro político.
De este modo, el Gobierno considera que no necesita un plan “B” puesto que Mas no irá tan lejos y por lo tanto no proclamará la independencia en el caso de que obtuviera un 51 por ciento de los votos.
El Ejecutivo explica que el presidente de la Generalitat no tiene respaldo social, político ni jurídico para seguir adelante con sus planes independentistas.
Al tratarse de unas elecciones autonómicas, recuerda que el escenario es completamente legal y normal, por lo que no se contempla emprender ninguna acción jurídica al respecto.
Con todo, el Gobierno contempla varias respuestas al desafío secesionista de Mas que van desde multas a la suspensión de la autonomía, si bien esperan que eso no suceda tras la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que otorga capacidad sancionadora al alto tribunal para garantizar el cumplimiento de sus resoluciones.