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Holanda cumple seis meses sin nuevo Gobierno pero evita la parálisis

EFE

La Haya —

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Holanda sigue sin nuevo Gobierno seis meses después de las elecciones del 15 de marzo por las diferencias entre los partidos que lo negocian y mientras comienza a perfilarse el acuerdo, el Ejecutivo en funciones ha tenido que tomar decisiones de calado, como la elaboración de los presupuestos de 2018.

Los dos partidos liberales (VVD y D66) y los dos católicos (CDA y Unión Cristiana) que tratan de cerrar un pacto calculan que las conversaciones durarán aproximadamente un mes más, publicó el periódico Het Parool.

Mark Rutte repetiría como primer ministro y su formación, el partido liberal de derechas VVD, mantendría cinco carteras, mientras que la católica conservadora CDA (Llamada Cristiana) se haría con cuatro.

El liberal-progresista D66 también conseguiría cuatro ministros mientras que el socio menor de la coalición, la formación protestante Unión Cristiana, se haría con dos.

De ser así, el nuevo Gobierno contaría con tres ministerios nuevos. D66 reclama que uno sea de Asuntos Climáticos y la CDA, que consigue la mayoría de sus votos en el entorno rural, pide el de Agricultura.

De cumplirse las exigencias de los dos partidos religiosos, el otro nuevo ministerio recibiría el nombre de Asuntos Familiares o Juventud y Familia, asegura Het Parool.

Las mayores dificultades al principio de las negociaciones surgieron entre la Unión Cristiana y D66 debido a que el primero no aceptaba la propuesta del segundo de ampliar el derecho de la eutanasia a personas mayores que, sin estar enfermas, sintieran que sus vidas “estaban terminadas”.

Las partes finalmente llegaron a un acuerdo y el próximo Gobierno no llevará adelante la propuesta de D66, según fuentes del periódico AD, pero tampoco evitará que su grupo parlamentario la presente en el Parlamento, donde es poco probable que encuentre apoyos suficientes.

Sin embargo, los partidos religiosos han tenido que ceder en otro asunto de ética médica. El nuevo Gobierno propondrá que se amplíe la actual ley de reproducción asistida, aumentando las posibilidades de selección de sexo para reducir los riesgos de enfermedades hereditarias muy graves.

El Ejecutivo también propondrá al Parlamento que Holanda juegue un importante rol a nivel internacional en la investigación de células madre.

Otro asunto delicado ha sido la propuesta de legalizar la paternidad múltiple -que un niño pueda tener legalmente más de dos progenitores-, asunto que ya estudió el anterior Gobierno, formado por el VVD y los socialdemócratas del PvdA.

La aprobación de esa ley permitiría, por ejemplo, que un padrastro pudiera adquirir los mismos derechos y obligaciones que el padre biológico sobre los hijos de su nueva pareja, o que si una pareja homosexual le pidiera a una conocida que diera a luz a su hijo, ella se registrara también como madre legal.

Las dos formaciones religiosas se oponen frontalmente a la propuesta y han conseguido paralizar el proyecto, llegando con los otros dos partidos al vago compromiso de que el futuro Ejecutivo hará más estudios sobre el tema.

Por otro lado, los sindicatos y la patronal no han alcanzado un pacto respecto a las futuras reformas que se introducirán en el mercado laboral, acuerdo deseado por los cuatro partidos, así que será el próximo Ejecutivo el que tome medidas al respecto.

La lentitud en las negociaciones ha obligado al Gobierno saliente a diseñar los presupuestos de 2018, que se presentarán el próximo martes.

Diversos medios holandeses publicaron ayer algunas filtraciones, como un ligero aumento en las partidas para gastos sociales y pensionistas o una reserva de 116 millones de euros a la que podrán acudir la Policía Militar y el departamento de Ciberseguridad en caso de necesitarlo.

Los presupuestos no han estado exentos de polémica debido a que los socialdemócratas exigieron en agosto, durante su elaboración, que se concediera a los maestros de primaria un aumento de sueldo, algo que estos llevan exigiendo desde hace meses.

El primer ministro, Mark Rutte, se negó aduciendo que necesitaba el visto bueno de los partidos con los que negocia el nuevo Gobierno.

Esa negativa llevó a Lodewijk Asscher, ministro de Asuntos Sociales y Trabajo, a amenazar con retirar a todos los ministros socialdemócratas, lo que generó una crisis política en pleno verano.

Finalmente las partes llegaron a un acuerdo y los presupuestos recogerán un aumento de salario para los maestros de aproximadamente un 3 %.

Está por ver si eso servirá para que los profesores desconvoquen la huelga que tienen prevista para el 5 de octubre, ya que en sus exigencias iniciales reclamaban una subida del 10 %.