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Macron inicia su visita a Córcega con un homenaje a un prefecto asesinado

EFE

París —

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El presidente francés, Emmanuel Macron, comenzó hoy en Ajaccio su visita de dos días a Córcega con un homenaje al prefecto Claude Erignac, asesinado por terroristas corsos hace 20 años, un acto simbólico en plena pujanza nacionalista en la isla.

En presencia de la viuda de Erignac, que volvía a Córcega por vez primera desde el asesinato de su marido, Macron se comprometió a proseguir el trabajo del prefecto de “reconciliar la isla” y “dirigir su futuro” dentro de Francia.

Pero descartó “indulgencia, olvido o amnistía” para los condenados por ese “crimen cobarde”.

Macron destacó que Erignac fue el primer prefecto francés asesinado en tiempos de paz y recordó que la mayor parte de la isla se manifestó contra un crimen que “no se excusa ni se reivindica”.

Subrayó que Córcega estuvo junto a Francia “en todos sus combates”, que fue la primera región liberada en la Segunda Guerra Mundial, y que sus habitantes “han luchado por una independencia, la de Francia, para ponerla entre las naciones libres”.

Macron, que inauguró una plaza en memoria del prefecto en el mismo lugar en que fue asesinado de tres disparos por la espalda hace justo 20 años, pronunció su discurso en presencia del nacionalista Gilles Simeoni, presidente del Ejecutivo corso y que fue uno de los abogados defensores de Yvan Colonna, cabecilla del comando que asesinó a Erignac.

Quien no acudió al homenaje fue el independentista Jean-Guy Talamoni, que junto con Simeoni se reunirá con Macron esta noche para mostrarle de primera mano sus reivindicaciones.

Al frente del Ejecutivo y con una amplia mayoría en la Asamblea Territorial, la coalición de nacionalistas e independentistas reclama que la especificidad de la isla mediterránea sea inscrita en la Constitución francesa, que se reconozca su lengua como cooficial y que se acerque a Córcega a los condenados por el terrorismo corso.

En particular, los tres condenados a cadena perpetua por el asesinato de Erignac, momento álgido del terrorismo corso, que desde hace casi cuatro años no comete atentados pero cuyo brazo armado, el Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC) no ha entregado las armas.

La viuda del prefecto, que confesó que nunca pensó en regresar a ese “lugar maldito”, pidió que no se pase la página del asesinato de su marido porque “sigue manchada de sangre” y consideró “un gesto fuerte” que los valores de Francia “se afiancen” en la isla.