Miles de personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares por los enfrentamientos entre grupos islamistas rebeldes rivales que se suceden en los últimos días en el sur de Filipinas, informaron hoy los medios locales.
Un informe del Ministerio de Defensa citado por el diario Inquirer cifra en unos 8.000 los desplazados en las provincias de Maguindanao y de Cotabato del Norte, colindantes y pertenecientes a la isla de Mindanao.
Según el jefe del departamento de Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Harold Cabunoc, los combates enfrentan a combatientes del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) y los Luchadores por la Liberación Islámica del Bangsamoro.
La fuente apuntó que los desplazados se encuentran en varios centros de evacuación donde el Gobierno local distribuye ayuda humanitaria.
“El incidente se ha desatado por una larga disputa territorial, pero ahora parece que es más una lucha entre los dos grupos”, explicó al Inquirer el comandante del Séptimo Batallón de Infantería, Orlando Edralin.
“Creemos que el enfrentamiento se intensificará aún más porque uno de los comandantes del FMLI ha muerto en el fuego cruzado”, dijo Kagi Sumail, uno de los residentes de la zona afectados, información confirmada por fuentes del Ejército.
La directora del Consejo de Gestión y Reducción de riesgo de Desastres de Cotabato del Norte, Cynthia Ortega, confirmó que la situación en la zona empeora.
“Podemos decir que la tensión está aumentando y que muchas localidades se han visto afectadas, entre ellas Barungis, Bagoinged, Buliok, Rajah Muda, Bulol y Kabasalan”, concretó.
Los combates entre los dos grupos comenzaron el pasado sábado y continuaban hoy, cuando los Luchadores por la Liberación Islámica del Bangsamoro ocupando varias localidades de Cotabato del Norte.
Aunque el Gobierno firmó un acuerdo de paz con el FMLI en marzo de 2014, aún se producen enfrentamientos en el sur del país, donde actúan varios grupos rebeldes islamistas.
Entre 100.000 y 150.000 personas, al menos un 20 por ciento de ellas civiles, han muerto en cuatro décadas de conflicto separatista islámico en Filipinas, que además ha paralizado el desarrollo de una región rica en recursos naturales y ha empobrecido a la población.