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Orbán “secuestra” a la UE con sus vetos para compensar pérdida de influencia

Budapest —

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Budapest, 11 jun (EFE).- Condena a la represión en Rusia: No. Apoyo a la oposición en Hong Kong: No. Llamamiento al alto el fuego en Gaza: No. El primer ministro ultranacionalista húngaro, Viktor Orbán, lleva meses vetando resoluciones de la UE, en un intento de compensar su pérdida de influencia.

En todas esos casos, Hungría rompió el consenso de los otros 26 socios comunitarios en esos temas de política internacional.

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas ha llegado a proponer que la Unión Europea (UE) prescinda de la actual exigencia de unanimidad en política exterior, ya que países como Hungría pueden secuestrar la toma de decisiones y dañar la imagen de la UE.

REHENES DE HUNGRÍA

“No podemos permitirnos que nos tomen como rehenes personas que imposibilitan la política exterior europea. Si lo permitimos, tarde o temprano, pondremos en peligro la cohesión europea”, afirmó recientemente.

“Es preocupante que el Gobierno (húngaro) vete asuntos como estos para defender a terceros países que, generalmente, son regímenes autoritarios que pertenecen a otro sistema, principalmente Rusia y China”, asegura a Efe Péter Krekó, director del laboratorio de ideas Instituto Political Capital.

ORBÁN Y UNA UE “RIDÍCULA”

“La política exterior común, motivada en los últimos años por intereses de política interior, se ha vuelto ridícula”, reaccionó Orbán a las críticas de Maas, del que dijo que ataca a Hungría porque es un político socialdemócrata.

Según Orbán, los comunicados de la UE no tienen peso.

En relación al redactado para denunciar la reforma de le ley se seguridad en Hong Kong, que limita las libertades en la ex colonia británica, Orbán afirmó que China ha ignorado ocho comunicados anteriores y que “también se burlarán del noveno”.

“Parecemos patéticos tigres de papel y después de nuestros comunicados sin consecuencias, el mundo entero se ríe de nosotros” argumentó su ruptura el pasado abril de la postura común.

El pasado enero Hungría bloqueó el comunicado de la UE condenando la represión de las manifestaciones en Rusia, en apoyo del líder opositor Alexéi Navalni, y hace un mes no respaldó un llamamiento al alto el fuego entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás.

En esta ocasión, Budapest justificó su veto en que el texto era “desequilibrado” y que “Israel tiene derecho a defenderse”.

Según Krekó, Hungría dosifica estos vetos y, por ejemplo, critica en público las sanciones contra Rusia pero paralelamente se suma a los otros 26 miembros de la UE para aplicarlas.

PÉRDIDA DE INFLUENCIA

Este analista opina que esa postura busca, principalmente, lanzar una imagen de firmeza ante los votantes húngaros.

“Orbán quiere mostrarse más fuerte y autónomo y demostrar que tiene una cara propia”, explica Krekó quien opina que esos vetos, en verdad, reflejan la debilidad del político.

El partido de Orbán, el Fidesz, abandonó el pasado marzo el Partido Popular Europeo (PPE), justo cuando esta formación conservadora se preparaba para expulsarlo, tras años de roces por considerar que el político húngaro violaba los valores europeos.

Desde entonces Orbán, busca nuevos aliados europeos entre líderes ultranacionalistas y de la extrema derecha, como el italiano Matteo Salvini; el líder de Vox, Santiago Abascal; o el polaco Mateusz Morawiecki, presidente del partido Ley y Justicia.

Hasta el momento la idea de formar una “nueva derecha europea” no ha tenido resultados.

A la ruptura con el PPE, la principal fuerza europea, se suma la salida del poder o los problemas para mantenerlo de otros aliados, como el presidente estadounidense, Donald Trump, o el primer ministro israelí, Benjámín Netanjáhú.

Además, opina Krekó, la marcha de la canciller alemana, Angela Merkel, que durante años toleró los excesos de Hungría, y el posible giro a la izquierda tras las elecciones alemanas en septiembre, aisla aún más a Orbán.

Así, Orbán trata de compensar la pérdida de aliados en Occidente con lo que el analista llama “aventuras en el Este”.

MIRADA HACIA EL ESTE

El Gobierno de Orbán ha reiterado que el sistema económico mundial está cambiando y el Este está ganando cada vez más importancia, por lo que Hungría debe adaptarse a esa tendencia.

El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, ha llegado a decir que la UE debería buscar “una cooperación racional” con China en vez de emitir comunicados “sin sentido”.

Hungría ha usado las vacunas contra la covid-19 desarrolladas en Rusia y China pese a no estar autorizadas por la UE.

Además, el impulso del Gobierno a la apertura en Budapest de la primera sede europea de la Universidad china Fudan ha generado conflictos internos con la oposición, que rechaza el proyecto.

Marcelo Nagy