El representante civil de la OTAN en Afganistán, Simon Gass, justificó hoy la decisión de limitar las operaciones conjuntas con las fuerzas de seguridad afganas como una medida “temporal”, en el contexto de hacer “lo necesario” para proteger a las tropas de la Alianza.
“No es ideal, nos gustaría no haber tenido que hacerlo, pero es temporal”, indicó en una rueda de prensa en Bruselas Gass, que concluye su mandato tras 18 meses en el cargo.
La aparición de un vídeo crítico con el profeta Mahoma y el goteo de ataques de miembros de las fuerzas afganas a soldados extranjeros han motivado la decisión de la Alianza de restringir la colaboración.
En cambio, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró ayer que la misión de la Alianza Atlántica en Afganistán (ISAF) sigue comprometida con su estrategia, sus objetivos y el calendario en el país centroasiático, de forma que a finales de 2014 las fuerzas afganas asuman por completo la seguridad del país.
“Hemos llegado a ver en Afganistán mucho más desorden civil que ahora con las protestas contra el vídeo”, dijo Gass.
La violencia manifestada “no complica nuestra misión en todo caso”, indicó Gass, quien resaltó que “no es un retroceso estratégico”.
Ha habido momentos en el pasado, explicó, en los que la situación de la seguridad en Afganistán “nos ha hecho tomar todas las medidas que pudiéramos para justificar que nuestras fuerzas estuvieran adecuadamente protegidas”.
“Ya hemos tomado medidas para reducir la llamada amenaza interior”, señaló, pero añadió: “los comandos sobre el terreno decidieron que tenían que tomar otras medidas, garantizando que las operaciones con nuestros socios puedan desarrollarse en un ambiente de seguridad”.
Gass rehusó decir cuánto tiempo estarán en vigor esas medidas, pero hizo hincapié en que “no es la primera vez” que se adoptan.
Durante sus 18 meses como responsable civil de la OTAN en Afganistán, aseguró que se han obtenido importantes logros en la mejora de las capacidades de las fuerzas de seguridad afganas, tanto del Ejército como de la Policía, que ahora son capaces de coordinar operaciones más complicadas.
También tildó de positivo el progreso del proceso de transición para que las fuerzas afganas se responsabilicen plenamente de la seguridad en el país a finales de 2014 y destacó que el 75 % de la población afgana vive ahora en áreas donde la Policía y el Ejército afgano encabezan la seguridad.
Por último, mostró su satisfacción por que se haya creado un marco internacional de apoyo a Afganistán más allá de 2014.
A partir de esa fecha, cuando los efectivos de seguridad de la OTAN dejen el país, Gass pronosticó que la situación “no será necesariamente pacífica” y “seguirá habiendo insurgentes que se resistan”, pero opinó que “se logrará la paz al final y, eventualmente, habrá un acuerdo político”.