Pedro Sánchez ya es a estas horas secretario general del PSOE. Su paso adelante fue impulsado por la victoria en unas primarias internas en las que participaron 130.000 afiliados. Sánchez entonces se impuso con un 48,7% de los votos a los otros dos aspirantes, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.
El nuevo líder ha entrado en el plenario del Congreso flanqueado por Susana Díaz, encargada de anunciar la ratificación, el secretario general del PSPV, Ximo Puig y otros dirigentes. Sánchez ha saludado a varios asistentes en su camino hasta la primera fila del auditorio, donde ha posado brevemente con Alfredo Pérez Rubalcaba.
Tal y como decidió la dirección saliente, la comisión organizadora de la consulta ha presentado un dictamen al congreso con el resultado de la consulta, que se ha ratificado por aclamación. El congreso modificará además los estatutos del partido para introducir la elección directa de su secretario general mediante el voto de los militantes como el sistema a utilizar a partir de ahora.
El nuevo secretario general del PSOE asume el liderazgo del partido, asegura, con el compromiso de cambiarlo para poder cambiar España. Y así ha reclamado a los socialistas que empiecen a “hablar ya de los problemas de los españoles”. También ha garantizado en su discurso que no le va a temblar el pulso para echar a “ningún corrupto o corrupta del partido” y se ha mostrado convencido de que pueden recuperar la confianza de los españoles. Para eso, ha animado a sus compañeros a dejar de contar los votos que pierden para empezar a contar los votos que van a “recuperar”. Porque, según ha dicho, el Gobierno del PP va a ser un Ejecutivo de “cuatro años”.
Sánchez ha tomado la palabra después de que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anunciara su proclamación como nuevo líder del partido, y ha dedicado los primeros agradecimientos a los “militantes de base” que han hecho con su voto que el PSOE esté, según ha afirmado, “haciendo historia”.