Las autoridades de Somalia han retrasado nuevamente las elecciones parlamentarias, que deberían haber comenzado este fin de semana, sin concretar cuándo empezará un proceso electoral pospuesto en varias ocasiones por las diferencias entre los principales clanes y la inseguridad.
Fuentes de la Comisión Electoral Nacional explicaron hoy a Efe que el retraso se debe a “desafíos políticos” y que podría prolongarse hasta finales de año, lo que afectaría también a las presidenciales, fijadas para próximo el 30 de octubre.
Algunos partidos políticos, sin embargo, advierten que este retraso responde a una estrategia del Gobierno somalí para extender su mandato.
El proceso electoral, el primero democrático convocado en 47 años, debía haber comenzado en agosto, cuando concluyó la legislatura del Parlamento y el mandato del actual Gobierno.
Sin embargo, el comité electoral anunció que las parlamentarias se celebrarían del 24 de septiembre al 10 de octubre y que después tendrían lugar las presidenciales.
De momento, estas dos fechas quedan aplazadas a la espera de que las autoridades anuncien el nuevo calendario.
Estos no serán unos comicios convencionales, ya que en lugar de por sufragio universal, los 275 legisladores del Parlamento somalí serán elegidos por 13.750 delegados en función de un complejo reparto de poder entre los diferentes clanes.
Precisamente, uno de los principales retos de estas elecciones son las continuas disputas entre clanes debido a que la fórmula electoral actual otorga mayor representatividad a los grupos más poderosos.
Aunque en agosto el Foro Nacional de Líderes (NFL) anunció la creación de un sistema de partidos para reducir estas disputas en un plazo de dos años, parece que las diferencias han hecho imposible que se celebren a tiempo estos esperados comicios.
Pese a la evidente falta de representatividad, las elecciones suponen un gran avance respecto a las celebradas en 2012, en las que solo 135 líderes tribales se encargaron de formar un Parlamento de consenso que diera los primeros pasos de la transición democrática.
Otro de los grandes desafíos en estos comicios es la inseguridad que reina en muchas partes de Somalia por el conflicto con el grupo yihadista Al Shabab, filial de Al Qaeda en Somalia.