El político holandés Thierry Baudet, cuyo partido Foro por la Democracia fue el más votado en las elecciones al Senado de esta semana, ha desbordado la base tradicional de la ultraderecha holandesa mediante la apelación a una idealizada identidad nacional y negando el cambio climático.
Holanda vive estos días una especie de “déjà vu” que la devuelve a 2001. Al igual que entonces, los datos de desempleo registran hoy mínimos históricos y la economía va bien, pero el panorama exterior parece inestable.
En ese contexto, un extravagante intelectual con aires de provocador y cierta presencia en medios de comunicación aterriza en la política y dice en público lo que muchos sólo comentan en privado.
Ese papel lo encarnó en 2001 Pim Fortuyn, cuyas críticas a la sociedad multicultural, al Islam y a la corrección política lo auparon a la cresta de la ola, llegando a obtener más del 30% del voto en las elecciones municipales de Róterdam. Un año más tarde fue asesinado por un activista ecologista y su partido no pudo sobrevivir sin su liderazgo.
El testigo lo ha recogido desde entonces el líder del PVV, Geert Wilders, pero Thierry Baudet ha ensanchado la base electoral de la ultraderecha holandesa. Es joven (36 años), carismático, licenciado en Historia y con un doctorado en Derecho. A pesar de que los discursos de ambos coinciden en muchos puntos, sus maneras son casi antagónicas.
“La imagen pública de Wilders, su estilo e incluso su origen -provincia de Limburgo- hace que parte del electorado lo vea como demasiado ordinario. Eso no pasa con Baudet”, explica a Efe el catedrático de la Universidad de Oberlin Sebastiaan Faber.
Baudet presume de sus conocimientos en público. Ha llegado a recitar en latín durante sesiones en la Cámara Baja y pidió permiso para colocar un piano en su despacho parlamentario. Le sirve para relajarse entre debate y debate, según dijo.
Su proyección como “outsider”, ajeno al sistema, es “mucho más genuina que la de Wilders”, añade Faber, ya que el líder del PVV lleva más de veinte años ejerciendo como político profesional.
La nueva referencia de la ultraderecha holandesa dirigía un laboratorio de ideas llamado Foro por la Democracia (FvD) que se convirtió en partido político hace sólo dos años y medio.
Durante la última campaña electoral, Baudet reproducía un vídeo con imágenes de Holanda en el que apelaba al patriotismo y a recuperar la grandeza del país, un discurso que recuerda al del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Otro de sus puntos fuertes en la campaña fue la crítica a las políticas de energía y medio ambiente del Gobierno.
El primer ministro Mark Rutte se vio obligado por los tribunales del país a impulsar una agenda energética que cumpla con el Acuerdo de París, por el cual las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse.
Las medidas han tenido impacto en las facturas de la luz y el gas “y eso le cuesta mucho dinero a la gente. Si estás en contra, sólo tienes dos partidos a los que acudir: el PVV de Wilders y el FvD de Baudet”, explica a Efe el analista Chris Aalberts.
Desde el punto de vista económico, “no está muy claro si Baudet es de derechas o de izquierdas”, añade Aalberts.
Por un lado, está a favor de subir las pensiones, recuperar una política de subsidios para los estudiantes que favorecía a las rentas más bajas y que los primeros 20.000 euros de salario no cuenten para calcular el IRPF. Por otro, ha pedido rebajar todas las franjas del IRPF y acabar con el impuesto de sucesiones, por lo que los ingresos del Estado se reducirían de forma notable.
El FvD ha atrapado electorado que en los comicios anteriores votó sobre todo a otros partidos de derechas, como al PVV (30%), al VVD (16%) o a los democristianos de la CDA (10%), según un estudio de Ipsos para la cadena pública NOS.
No obstante, los “mordiscos” a los cuatro partidos principales de la izquierda no son despreciables, pues llegan a un 11%.
David Morales Urbaneja