La portada de mañana
Acceder
La reivindicación de salarios más altos y menos jornada marca el Primero de Mayo
A tres metros del abuelo tras años buscándole: familias visitan las Cuelgamuros
Análisis - Sánchez, ¿acicate o lastre para Illa? Por Neus Tomàs

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Con vestido de lentejuelas y sin dormir... en una mesa electoral

EFE

Toledo —

0

La toledana Eva García López no se esperaba que siendo segunda suplente iba a tener que presidir la mesa electoral, por eso ayer, tras llegar de Alemania donde trabaja como “au pair”, se fue de cena navideña con amigos y hoy ha llegado sin dormir al colegio electoral, donde le han cambiado los planes.

Ni el titular ni el primer suplente han acudido a las 8 de la mañana de hoy y Eva, de 24 años, no ha podido volver a su casa a dormir, tal y como había planeado, y ha tenido que asumir su designación como presidenta de una de las mesas de su colegio electoral, el Alfonso VI, ubicado entre los barrios de Buenavista y Palomarejos de Toledo.

Tampoco Eva ha ido con ropa cómoda, la apropiada para aguantar una larga jornada electoral, sino con el vestido de lentejuelas plateadas con el que salió anoche y con el que también se ha ido a tomar unos churros con chocolate esta madrugada para cerrar la fiesta, según ha relatado a Efe.

Las horas anteriores a la cena navideña tampoco habían sido tranquilas para esta toledana, residente en Langenargen (Alemania), en el distrito del Lago Constanza, donde ayer por la mañana tomó un autobús rumbo a Zurich (Suiza) para coger un avión con destino a Madrid.

La espesa niebla hizo que el avión retrasase su llegada dos horas y, con ello, surgieron los primeros nervios de Eva, impaciente por llegar a la cena navideña.

Finalmente llegó a tiempo anoche a su cita con amigos y también lo ha hecho esta mañana a su cita en el colegio electoral.

Tras la larga jornada, Eva podrá descansar todas las Navidades en familia y, después -espera que con menos incidentes- regresará a trabajar a Alemania. Eso sí, con muchas anécdotas que contar.

Sara Burgos