Vecinos del barrio más pobre de España hacen cola de madrugada para pedir ayudas sociales

El frío ya se ha instalado en la península. Manolo ha preferido hoy acudir antes porque la semana pasada, relata, “a las 5h30 ya era el número 37 y no me pudieron atender”. La Unidad de Trabajo Social (UTS) de Tres Barrios-Amate reparte 20 números a partir de las 8h de la mañana un día a la semana para gestionar ayudas sociales y atender necesidades básica de sus vecinos. Esta vez 'sólo' hay cinco personas, a las 5 de la mañana, a 5 grados. Ocurre, y desde hace tiempo, en un barrio de Sevilla, paradójicamente el que tiene la menor renta media por hogar de España, según el Instituto Nacional de Estadística.

“¿Y yo cuándo como?”, se pregunta la joven que aguarda la espera, la de la noche en la cola y la de la tramitación para poder tener acceso al economato social, explica. Otro vecino también ha decidido madrugar “para que me ayuden a pagar la luz”. “O para comer, para lo que sea, que la cosa está muy mal”, resume otro tirando de muletilla. “Nos dijeron que la plantilla del centro se iba a ampliar... promesas de las elecciones”, se responde a sí mismo con hastío un recién llegado. “Las problemáticas sociales en el barrio son múltiples”, explica a eldiario.es Andalucía el portavoz vecinal, Fernando de Armas.

Los Pajaritos (Tres Barrios-Amate es la denominación oficial, ya que abarca también Madre de Dios y La Candelaria) es el barrio más pobre de España. Pérdida de empleo, rentas muy bajas y familias enteras que a duras penas llegan a final de mes, muchas de ellas seguro parte de ese millón de andaluces encuadrados en la pobreza extrema. Deficiencias de salud, habitabilidad, equipamiento urbano, alimentación... necesidades sociales compartidas en muchos barrios pero acrecentadas en uno como éste en que se presumen imperiosas.

El caso es que la UTS de Tres Barrios-Amate perdió más de la mitad de su plantilla el pasado 16 de septiembre cuando quedó en suspenso el programa de Zonas con Necesidades de Transformación Social (ZNTS) de Sevilla, que comprende también actuaciones en el Polígono Sur, Torreblanca, Polígono Norte y El Vacie.

“La situación es consecuencia de los problemas de ejecución de ese programa, cofinanciado por la Junta de Andalucía y con un presupuesto de más de un millón de euros. Sobre él se sustenta una parte importante de la gestión de los servicios sociales, una realidad que se quiere cambiar pero que no hay margen con la actual ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local y con la tasa de reposición cero”, explican fuentes municipales a este periódico.

Para paliar el retraso en la puesta en marcha del programa, el Ayuntamiento hispalense, también gobernado por el PSOE, creó “un plan de empleo propio durante cinco meses con 40 trabajadores y un presupuesto de 700.000 euros, pero concluyó la primera semana de octubre sin que fuera posible renovarlo”, añaden. El portavoz de los vecinos denuncia el “colapso” de la Unidad, un verdadero “embudo” porque “para muchas personas es la llave para todo, desde donde las derivan a otros servicios”. Pero “las urgencias absorben el trabajo de las pocas personas que la atienden y ni siquiera dan abasto”, añade.

Nuevos contratos el 2 de noviembre

Con anterioridad, explican los vecinos, el 19 de marzo había expirado la edición anual del programa ZNTS, quedando suspendidas sus actuaciones a la espera de que la Junta de Andalucía resolviese una subvención para la nueva edición, que finalmente fue librada el 6 de octubre al emitir una resolución autorizando la citada subvención autonómica de un millón de euros. Parece que finalmente el programa ha entrado en funcionamiento y se han firmado los contratos el pasado 2 de noviembre, lo que permitirá devolver “la normalidad” a la UTS de Tres Barrios, confían desde el Ayuntamiento.

De Armas saluda la incorporación de más personal pero duda de que el problema quede resuelto por la inestabilidad laboral de los puestos. “Cuando realmente pasa un tiempo y se hacen cargo de la situación de una familia, los trabajadores se van de aquí”, lamenta. La UTS “se cubre de mala manera” y no responde al “funcionamiento permanente y continuada atención” a los vecinos“ que debería exigirse, apunta el portavoz.

Hasta ahora, la UTS era atendida por la coordinadora jefe del negociado, tres técnicos para las demandas vecinales y otros tres dedicados a programas específicos. La próxima semana, otros vecinos llamarán a la puerta del centro, esperando tener la 'suerte' de ser atendidos. No solamente viven en el barrio más pobre del país sino que tienen que hacer cola de madrugada para tratar de percibir algún tipo de ayuda social.