La ministra Educación, Isabel Celaá, ha reconocido que el supuesto “espionaje” sobre el uso del castellano que se ha producido en algunos colegios catalanes es una “mala praxis”, aunque en cualquier caso ha demostrado que los niños tienen libertad para hablar castellano en el patio y sin coacciones.
En respuesta a la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, en la sesión de control en el Congreso, Celaá ha asegurado que ese “espionaje” se llevó a cabo por una entidad sin autorización y, por lo tanto, carece de valor y de garantías.
No obstante, sí ha demostrado, a su juicio, que los niños tienen libertad para hablar castellano, ya que un 75 por ciento de los alumnos lo hacen en ese idioma con normalidad en el patio. “Defendemos que sigan teniendo esa libertad”, ha resaltado.
En relación con el supuesto adoctrinamiento -un “delito gravísimo”, ha alertado-, la ministra ha explicado que los editores de libros de texto informaron en diciembre de 2018 de que no existía como tal y este mismo miércoles han sido convocados para que informen de la actual situación.
Además, Celaá ha recordado que los libros de texto ya no son oficiales y por tanto no tienen que pasar por la autoridad administrativa, ni por el fielato.
Por contra, Inés Arrimadas ha acusado al Gobierno de permitir con su “complicidad” que se produzca la “infamia” del adoctrinamiento en las escuelas.
Ha relatado libros de texto con mapas en los que Cataluña aparece como si fuera un país independiente, listados de países de la UE en los que Cataluña aparece “como uno más” o textos que aseguran que Cataluña ha tenido rey propio hasta la edad moderna.