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El gobierno adopta un plan para paliar la creciente precariedad laboral

EFE

Tokio —

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El Ejecutivo japonés ha adoptado un plan para paliar el aumento de los trabajadores con contratos temporales y sueldos bajos, una tendencia en auge en los últimos años y que lastra la demanda y el crecimiento de la tercera economía mundial.

La estrategia, bautizada “Salarios equitativos para el mismo trabajo” y cuyo borrador aprobó el Gobierno en la víspera, estipula que las compañías deben pagar sueldos similares a los empleados que desempeñen las mismas tareas aunque tengan contratos diferentes, según recoge hoy el diario económico Nikkei.

Además, establece que las bonificaciones y otros extras salariales -que suponen una parte importante de los ingresos en Japón- deberán ser pagados obligatoriamente a los llamados “trabajadores no regulares” o sin contrato fijo.

Esta categoría de empleados, que también incluye a los subcontratados y a los que trabajan a tiempo parcial, reciben unos ingresos medios sensiblemente inferiores que los empleados fijos, y su número se ha disparado en las dos últimas décadas hasta alcanzar el 40 por ciento de la mano de obra en Japón.

El salario medio mensual de los trabajadores a tiempo completo ascendió a 409.063 yenes (3.319 euros/ 3.720 dólares) en 2015, mientras que el de los empleados a tiempo parcial fue de 97.933 yenes (794 euros/ 890 dólares), según los últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo.

El plan del Ejecutivo es el primero dirigido a corregir de forma específica esta disparidad salarial, y a continuación el Ministerio de Trabajo tiene previsto plasmarlo en normativas y medidas concretas el próximo otoño, según el Nikkei.

El documento permite las diferencias salariales con base en la formación, la experiencia y el rendimiento de los trabajadores, aunque señala que determinadas cláusulas como el extra por nocturnidad o las vacaciones remuneradas deben ser iguales para todos los empleados.

El incremento salarial es un factor clave en el llamado “Abenomics”, el programa económico del Gobierno japonés que aspira a crear un círculo de crecimiento en beneficios corporativos, sueldos y consumo para poner fin al ciclo deflacionario que la tercera economía del mundo padece desde hace casi dos décadas.