Las iglesias cristianas en Tierra Santa instaron al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a retirar un proyecto de ley que permitiría expropiar retroactivamente propiedades que arrendaron, recoge una carta enviada ayer al jefe de Gobierno a la que tuvo hoy acceso Efe.
Los representantes de las iglesias griego-ortodoxa, armenia y católica califican de “escandaloso” el proyecto que se votará mañana en el Comité Ministerial de Legislación y que, entienden, tiene como objetivo “la confiscación” de tierras eclesiásticas.
“Este paso constituye un flagrante desprecio de la decisión de su Excelencia y contradice las garantías dadas a los dirigentes de las iglesias por el ministro (de Cooperación Regional israelí, Tzachi) Hanegbi”, indican en el texto.
Hanegbi fue designado como jefe del comité creado para poner fin a la anterior crisis de febrero contra la imposición de tasas municipales, que dio lugar a un inédito cierre de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén como acto de protesta.
Las iglesias cristianas recuerdan este episodio en la misiva y el compromiso dado por el Gobierno de Israel de que “toda legislación quedaría suspendida” durante las negociaciones sobre políticas fiscales y legislativas israelíes que les afectan.
Los principales desacuerdos entre las iglesias e Israel son el impuesto sobre bienes inmuebles del que han estado exentas históricamente, y esta propuesta de ley para expropiar tierras vendidas y arrendadas a empresas y civiles, cuya nueva versión ha sido avanzada por la diputada Rachel Azaria, del centrista Kulanu.
Las autoridades cristianas aseguran que Nentayahu garantizó el 3 de julio en una respuesta personal la retirada de este proyecto de ley, posición que reiteró Hanegbi en la reunión que mantuvieron a mediados de septiembre.
“Por tanto nos vemos obligados a pedir de nuevo a su Excelencia la urgente intervención para detener este proyecto de ley de una vez por todas”, concluye la carta firmada por el patriarca griego-ortodoxo Teófilo III, el vicecustodio de Tierra Santa, Dobromir Jasztal, y el patriarca armenio, Nourhan Manougian.