El Gobierno jordano ha afirmado que tratará “firmemente y de acuerdo a la ley todas la intrusiones y provocaciones”, después de que ayer 26 policías resultaran heridos en enfrentamientos con refugiados sirios en el campo de Zaatari, en el norte del país.
En un comunicado emitido anoche, el ministro de Información, Samih Maayta, dijo que las autoridades darán prioridad a la seguridad jordana, aunque también ofrecerán servicios a los refugiados sirios.
Los enfrentamientos se desencadenaron cuando las fuerzas de seguridad jordana intentaron reunirse con los refugiados que protestaban por las malas condiciones de vida en el campo de Zaatari, situado a 60 kilómetros al noreste de Ammán.
El Directorio de Seguridad Pública (DSP) explicó en un comunicado que “alrededor de 200 refugiados sirios se manifestaron dentro del campamento para protestar contra lo que califican como malos servicios”.
“Cuando unos oficiales en el campamento y las autoridades de seguridad intentaron reunirse con los manifestantes para conocer sus demandas, los refugiados sirios respondieron lanzándoles piedras”, añadió.
Las fuerzas policiales intervinieron entonces para acabar con los disturbios y devolver la calma usando gases lacrimógenos, indicó el DSP.
Maayta afirmó que su Gabinete rechaza esos choques, que se registran en un momento en el que “las autoridades de seguridad jordanas ejercen junto a otros departamentos del Gobierno y organizaciones humanitarias esfuerzos implacables para garantizar los servicios a los refugiados”.
El portavoz aseguró que su país soporta “grandes cargas económicas, políticas y de seguridad por la llegada de 180.000 refugiados sirios desde el inicio del levantamiento en Siria”.