Hasta pocos minutos antes de la llegada del papa Francisco al parque Simón Bolívar de Bogotá la lluvia caía con intensidad, sin embargo, el sol se impuso cuando el pontífice llegó al lugar para darse su tercer gran baño de masas entre los colombianos.
La entrada del papa al parque fue precedida por un silencio tenso, en el que el ruido proyectado por el helicóptero que sigue al pontífice en sus desplazamientos por Bogotá fue lo único que se oía entre los gritos de la gente y la música eclesial que emitía la megafonía del lugar.
Más de medio millón de personas que esperaban desde la mañana en el principal pulmón verde de la capital colombiana contenían la respiración mientras el papa hacía su entrada triunfal al parque.
Paralelamente, los cuerpos de seguridad y los voluntarios se apresuraban para mantener el orden y permitir así que el recorrido del sumo pontífice en su mítico papamóvil se desarrollara sin sobresaltos, permitiéndole oficiar su primera misa campal.