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La familia del misionero desaparecido en Vanuatu confía en “recibir buenas noticias”

EFE

Don Benito (Badajoz) —

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La familia del misionero español Antonio López García-Nieto, nacido en Don Benito (Badajoz), destinado en Vanuatu, el archipiélago azotado por un poderoso ciclón en el Océano Pacífico, con el que no se ha podido contactar aún, confía en “recibir buenas noticias pronto”.

En declaraciones a EFE, Ricardo López, tío paterno del religioso, ha manifestado que no tienen noticias sobre el misionero y que la zona en la que opera su familiar es “de muy difícil acceso” para los servicios de emergencias.

Desde que conoció lo sucedido, dice estar en permanente contacto con una hermana de Antonio, que vive en Madrid y que es quien recibe información más directa de las autoridades locales.

“Lo único que sabemos es que la zona ha resultado muy devastada por el ciclón y que hay más de 50 casas destruidas en la isla donde está Antonio, aunque esperamos que los pabellones en los que él se aloja hayan soportado los efectos de este temporal”, ha declarado.

Ricardo López recuerda que su sobrino solía venir a España cada dos años, aproximadamente, y que está muy satisfecho de su labor pastoral en Nueva Caledonia, “tanto que algunas veces ha llegado a decir que, si alguna vez le ocurría algo, preferiría quedarse allí y que no le trajeran a España, porque la población a la que asiste es como su segunda familia”.

A título de anécdota, Ricardo López ha recordado que “caló tan hondo en la familia la labor de Antonio en las antípodas que en su día la familia regentó una zapatería en el centro de Don Benito a la que llamó Caledonia”.

El ciclón de categoría 5, considerado uno de los más potentes que ha golpeado la región en los últimos años, ha causado al menos seis muertos y 30 heridos en la capital Port Villa, pero los daños ocasionados en las más de las 80 islas del país aún se desconocen porque el resto del territorio está incomunicado.

Los primeros vuelos aéreos realizados en la sureña isla de Tanna, una de las más pobladas y remotas de Vanuatu, dan cuenta de un panorama de destrucción, aunque se desconoce qué ha pasado en el terreno en donde operan algunas misiones religiosas como la de Lowanatom.