El papa Francisco y el patriarca apostólico armenio Karekin II expresaron hoy su deseo de que se llegue a una solución pacífica en el conflicto relacionado con la región de Nagorno Karabaj, que enfrenta a Armenia y a Azerbaiyán.
“El respeto por las diferencias religiosas es la condición necesaria para la pacífica convivencia de diversas comunidades étnicas y religiosas”, declararon ambos líderes en una declaración conjunta firmada en la sede del Patriarcado, Etchmiadzin.
“Por esa razón, porque somos cristianos, estamos llamados a buscar y desarrollar vías de reconciliación y de paz. En este sentido expresamos también nuestra esperanza para una solución pacífica relacionada con la cuestión del Nagorno Karabaj”, señalaron.
Armenia y su vecino por el este, Azerbaiyán, están enfrentados desde la década de 1980 a causa de la soberanía de la región del Nagorno Karabaj, integrada en época soviética en territorio azerbaiyano pero poblada mayoritariamente por armenios.
Tras varios años de conflicto, en 1994 se entabló un alto el fuego, a menudo quebrantado, la última vez el pasado abril, cuando se produjeron algunos bombardeos que mataron a varias personas, tal y como denunció el patriarca ante el papa en un encuentro celebrado ayer en la capital armenia, Ereván.
Este tema es uno de los que más tensan las relaciones en el Cáucaso meridional, máxime si se tiene en cuenta que Bakú es aliado de Turquía, vecina de Armenia por el oeste e históricamente enemiga de Ereván.
Francisco concluye hoy una visita de tres días a Armenia, primera etapa de un periplo discontinuo en el tiempo por el Cáucaso meridional que continuará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre, cuando previsiblemente viajará a Georgia y Azerbaiyán.
Durante su estancia en Armenia ha sacado a relucir la situación en el Nagorno Karabaj, instando a las partes a poner fin de un modo pacífico a las controversias.