Cruz Roja, encargada de la seguridad de las playas, ha realizado este verano 70.000 atenciones que van desde la asistencia sanitaria en casos de picaduras y pequeños accidentes, a facilitar el baño a personas con discapacidad o mayores, localizar menores perdidos o salvar vidas.
Es el caso de María Sahuquillo, una persona mayor que sufrió una parada cardiaca al salir del agua y que recibió una primera atención sanitaria de la socorrista de la playa antes de ser trasladada a un centro hospitalario.
“Estoy agradecida a todos por completo, no estaría aquí con mis hijos y mi nieta que es lo que más quiero en este mundo”, asegura María mientras abraza a Nerea Olivares, su “salvadora”: “En una parada si actúas rápido y bien puedes salvar a esa persona”, explica la socorrista de Cruz Roja.
La mayor parte de las asistencias realizadas este verano en las playas han sido sanitarias, que incluyen atenciones a personas afectadas por picaduras, esguinces, luxaciones y erosiones (41.421 atenciones).
Le siguen las asistencias sociales (24.242), como el baño adaptado a través de sillas anfibias, muletas y chalecos, que permite a personas con discapacidad poder disfrutar de un baño seguro en el mar y a sus familiares disponer además de una valiosa ayuda para disfrutar también del descanso.
El dispositivo de Cruz Roja en playas incluye además, el rescate de personas en riesgo inminente de ahogamiento, las asistencias a embarcaciones o las evacuaciones a centros hospitalarios; también se ha logrado encontrar a 794 menores extraviados, destaca Cruz Roja en su balance estival.
Estos socorristas de playas han desarrollado iniciativas de carácter preventivo para evitar accidentes, quemaduras o golpes de calor, junto a las de sensibilización, como campañas para recoger plásticos y de limpieza de playas.
“Es clave un espacio vigilado que haya alguien que te pueda prevenir de los riesgos al no conocer la zona, como las posibles corrientes y otros peligros”, destaca el Jefe de la Unidad de Emergencias, Íñigo Vila.
Para Vila es fundamental que los ciudadanos perciban la labor de estas personas como no agentes de autoridad, “sino con respeto que se lo ganan con esa cercanía, esa información y esa prevención constante”. “Queremos que vean en el socorrista un valor añadido y no un auditor que te está vigilando si estas haciendo las cosas mal, sino alguien que te apoya y te da pautas para prevenir males mayores”.
La presencia de Cruz Roja en más de 250 playas se realiza gracias a la intervención de más de 1.800 profesionales del salvamento y socorrismo, entre socorristas acuáticos, personal sanitario o conductores, entre otros.