La portada de mañana
Acceder
La derecha fía a jueces y tribunales la derrota de la amnistía, de Esther Palomera
Polonia descubre lo difícil que es salir del túnel de la ultraderecha
OPINIÓN | 'Para qué sirve la amnistía', por Enric González

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

El Teléfono de la Esperanza permanece de guardia en Nochebuena

EFE

Madrid —

0

El Teléfono de la Esperanza -902 500 002- mantiene su servicio de orientación telefónica durante las fiestas navideñas para personas en situación de crisis y soledad.

Este servicio, que celebra su 45 aniversario, recuerda que estos días son momentos difíciles para las personas que se sienten solas.

“Ese sentimiento se acrecienta y la tristeza, falta de compañía y carencia de afecto asociadas al mismo se viven con más intensidad en un ambiente social festivo y familiar que inunda las calles de nuestras ciudades”, explica la organización de acción social en un comunicado.

Recuerda que, según un estudio de la Fundación AXA y la Once, más de la mitad de la población española admite haber experimentado en algún momento cierta sensación de soledad durante el último año y cerca de uno de cada diez -algo más de cuatro millones de españoles- asegura haberse sentido solo con mucha frecuencia en ese mismo periodo.

Las cifras se disparan en el contexto de las fiestas navideñas, cuando la sensibilidad se agudiza y los sentimientos nos desbordan, añade la ONG Teléfono de la Esperanza, que explica que en torno al 5% de la población española está atravesando en estos momentos un proceso de duelo por una pérdida afectiva reciente.

De hecho, una de cada seis personas que pierde a un ser querido desarrolla una depresión al año siguiente, según un estudio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.

“El llanto, la rabia o la melancolía forman parte del proceso de curación de las heridas, y son normales. El problema surge cuando estas emociones internas entran en conflicto con el ambiente festivo propio de las celebraciones navideñas y de fin de año. Esto es lo que los psicólogos y terapeutas conocen como 'síndrome de la silla vacía'”, concluye la ONG.