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Caminar entre montañas por primera vez: lo que debes saber antes de iniciarte en el senderismo

Jara B. Gavín

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De entre todos los beneficios que se le atribuyen al senderismo en la montaña, tal vez sea su capacidad de estirar el tiempo como si fuera un chicle uno de los menos comentados entre quienes lo practican y, a la vez, uno de los más valiosos.

Un solo día caminando entre montañas tiene el extraño poder de permitirnos desconectar de las preocupaciones diarias del mismo modo que lo harían 10 días de vacaciones en cualquier isla paradisíaca.

Por eso y porque, con frecuencia, son la única manera de llegar a lugares verdaderamente increíbles, los trekkings (excursionismo) por la montaña son también un tipo de viaje que merece la pena probar, al menos una vez en la vida.

Para adentrarte en el bonito mundo del senderismo necesitarás un par de botas, una mochila y una pequeña dosis de voluntad inicial que siempre deberán ir acompañadas de una preparación previa que desgranamos en este artículo.

Buscando la ruta perfecta

La geografía española esconde tantas rutas de senderismo de montaña como montañeros hay dispuestos a recorrerlas.

La ruta perfecta para nosotros será aquella que se ajuste al nivel y las expectativas del grupo por lo que, en primer lugar, es esencial hacer un pequeño ejercicio de honestidad y valorar nuestras capacidades y limitaciones físicas y psicológicas.

Si partimos de un nivel inicial o hace relativamente poco tiempo que hemos comenzado a dar nuestros primeros pasos en la montaña, lo mas sensato será buscar rutas bien señalizadas y de longitud y desnivel amables.

En primer lugar, es esencial hacer un pequeño ejercicio de honestidad y valorar nuestras capacidades y limitaciones

También es mejor que, cuando estamos empezando, nuestra ruta se ubique en un lugar en el que haya cobertura móvil que nos permita tener acceso a mapas, GPS y un servicio de emergencias. Aunque pueda parecer lo contrario, la gran mayoría de los accidentes en montaña se producen en lugares de poca o ninguna peligrosidad y están relacionados con esguinces, torceduras y senderistas desorientados que no pueden continuar la marcha.

Si la salida se realiza en grupo, lo cual es más que probable porque la montaña en solitario no es una opción recomendable —especialmente, en los inicios—, siempre será la persona con menor nivel del grupo la que condicione la elección de la ruta.

Por muy sencillo que sea el trekking que vamos a realizar, no debemos olvidar que nos movemos en el medio natural, lo que conlleva infinidad de variables que no podemos controlar, pero para las cuales sí que es posible prepararse, minimizando así los riesgos inherentes a cualquier actividad en la montaña.

Si, a pesar de tener una buena forma física y sentirnos psicológicamente preparados, la experiencia en la montaña no acompaña y nuestras expectativas pasan por hacer una ruta que nos genera algunas dudas, contratar un guía de montaña no solo es la opción más segura, sino que además enriquecerá nuestra experiencia, aportándonos mucha información valiosa sobre el entorno en el que nos movemos.

Si vamos a hacer una ruta que nos genera dudas, contratar un guía de montaña es la opción más segura y, además, enriquecerá la experiencia

Terreno, clima y grupo

Una vez elegida la ruta, podemos comenzar a preparar la salida. Aunque es posible que los mapas —en papel o versión GPS— sean lo primero que nos venga a la mente, la realidad es que una ruta de senderismo bien preparada requiere de algunas comprobaciones más allá.

Tener bien controlado el recorrido y los tipos de terreno en los que nos moveremos es, por supuesto, una parte esencial en la que, además, nos podemos ayudar de pequeños trucos como hacer una foto a los paneles informativos que encontraremos normalmente al principio de la ruta o realizar capturas de pantalla de explicaciones y reseñas.

Revisar la climatología prevista es otro de los puntos clave para minimizar riesgos. Y no bastará con hacerlo una sola vez, ya que la meteorología suele ser muy cambiante en la montaña, por lo que es preferible comprobar la predicción por horas, además de valorar aspectos como el viento o la sensación térmica.

El último elemento al que debemos prestar atención somos nosotros mismos. Todos debemos ser conscientes de nuestras capacidades físicas y habilidades técnicas, motivación y expectativas. Solo así conseguiremos ser un grupo bien cohesionado en el que cada uno de los miembros ocupe su lugar.

Esta trilogía, conocida en el mundo de la montaña como el método 3x3, es el santo grial en el que se basa Dersu, una novedosa aplicación móvil que, además de permitirnos descargar infinidad de rutas de senderismo —y alta montaña— alrededor de todo el país, garantiza que todos los recorridos han sido testados por profesionales de la montaña. Además, ofrece una cantidad ingente de información útil para montañeros y senderistas, tanto a través de su aplicación móvil como de su página web.

El método 3x3 es la base indispensable a la hora de planear una ruta según los expertos montañeros de Dersu

El motivo de Dersu para adoptar este método como base es que “se trata de un sistema sencillo de recordar, que funciona en diferentes circunstancias y ayuda a tomar decisiones conscientes de manera organizada”.

Aplicar este método es tan sencillo como realizar un análisis de las tres variables (terreno, meteorología y grupo) en tres momentos clave: la preparación de la ruta en casa, el instante inmediatamente anterior a comenzar la ruta y la ruta en sí misma.

Esta triple comprobación nos permitirá no dejarnos llevar por un primer análisis que, incluso haciéndose a un día de la fecha de la ruta, puede variar enormemente.

Otras recomendaciones que no está de más tomar son la de dejar dicho a otras personas el recorrido de nuestra ruta, conocer el número de emergencias y nunca dejar solo a un miembro del grupo, salvo que seamos un grupo de dos y tengamos que ir en busca de ayuda. 

Qué llevar en la mochila y cómo vestirse

Normalmente, el tamaño y peso de nuestra mochila de senderismo vendrá marcado por la duración y naturaleza de nuestra ruta, aunque existen algunos básicos de los que no se debe prescindir.

Además de llevar agua y comida suficientes, y una bolsa en la que poder llevarnos a casa nuestros desperdicios, es imprescindible un mapa, GPS o smartphone con batería suficiente y acceso a internet; un pequeño botiquín en el que no deberían faltar la protección solar y una manta térmica. Y por último, una linterna frontal y una prenda de abrigo para estar bien cubiertos en caso de que nos sorprenda la noche.

Sobre el equipamiento textil, lo mejor es hacer uso del sistema de capas, que permite quitar o añadir ropa de forma sencilla, según avanza el día y varía la temperatura. Y en cuanto a los pies, esos que realmente nos llevarán tan lejos como hayamos previsto, es más que recomendable utilizar calzado específico de montaña, de caña más o menos alta.

Nuestra última recomendación es invertir en unos buenos bastones de trekking, un elemento que te permitirá progresar de manera mucho más segura y repartir el esfuerzo entre el tren inferior y el superior.

Una lección

Empezar a practicar senderismo puede ser tan gratificante como frustrante, especialmente si, en lugar de utilizarlo como un método para conectar con la naturaleza y superarnos poco a poco, comenzamos intentando rutas para las que no estamos física ni psicológicamente preparados aún.

Si, por el contrario, comenzamos a aumentar el nivel de nuestras rutas de manera progresiva, observaremos cómo nuestro cuerpo responde mucho mejor y la satisfacción personal es también más alta, pues el aprendizaje que cabe en este recorrido es mucho mayor.

Si algo tiene la montaña es, sin duda, una capacidad asombrosa para volvernos un poco más humildes por lo que, si en algún momento el final de nuestro objetivo se ve truncado por cualquier motivo, lo mejor es no intentar ganar un pulso perdido y regresar a casa con la lección aprendida, sabiendo que eso que tanto anhelamos no se va a mover de donde está.

Y que somos nosotros quienes debemos dar, todavía, algunos pasos previos antes de alcanzar nuestro objetivo.