Camino de vuelta desde Uruguay: un tataranieto de emigrantes indaga sus orígenes

Camino de vuelta desde Uruguay: un tataranieto de emigrantes indaga sus orígenes

Saúl García

Arrecife —

En 1841, cinco parejas de San Bartolomé y de Teguise se embarcaron en el bergantín Indio oriental con rumbo a Uruguay. Era un viaje habitual en aquellos tiempos, en una isla donde sólo vivían 2.336 habitantes y que estaba en manos de la sequía. Entre 1830 y 1850, la emigración, que se había frenado unos años antes, volvió a aumentar por las crisis de la viña y de la barrilla.

“Confluyen en esta etapa dos elementos de crucial importancia que intensifican el proceso migratorio. Por un lado, la necesidad de las autoridades uruguayas de fomentar la emigración isleña ante la escasez de población de la joven República. Era prioritario que los aportes fueran de un mismo origen étnico y cultural: una misma lengua, una misma religión y parecidas costumbres. Requisitos que cumplen los canarios y concretamente los lanzaroteños emigrados en la centuria anterior. El segundo factor es el interés de las autoridades locales por ”expulsar“ la mano de obra sobrante que genera la crisis económica”.

Este fragmento del libro El puerto del Arrecife revela que el destino de esas cinco parejas se había hecho habitual. Los emigrantes llegaban a su nueva tierra en barcos de hacendados americanos que instauraron casi un comercio de esclavos, por las duras condiciones que exigía el pago del trayecto. El destino oficial de los barcos era Cuba o Puerto Rico, destinos permitidos por el Gobierno, pero la ruta después se desviaba a Montevideo.

El administrador de las Rentas Nacionales de Lanzarote, Pedro Lago, elevó este escrito al Congreso Nacional en 1838, denunciando ese comercio de personas, en este caso a Argentina: “Hace dos años que varios monopolistas, enemigos de la patria y defraudadores del bien de la Nación, han introducido en estas islas, mayormente en la de Lanzarote, un comercio clandestino prohibido por todo derecho de gentes, en ruina de la agricultura y de la hacienda pública, cual es el de hacer expedición a la República Argentina de Buenos Aires; conduciendo gentes artesanas, industriales, con tanta abundancia como si fuesen fardos de mercancías, los conducen como esclavos, y allá los encierran en barracas hasta tanto se presente quien los compre por el flete de cien duros para que vayan a trabajar a sus haciendas”. Lago solicitaba que se impidiera una expedición anterior del Indio oriental.

Sigue leyendo esta información en Diario de Lanzarote.

Etiquetas
stats