Los malos políticos están en el origen del mayor desastre financiero de la historia de España. Fueron colocados al frente de las Cajas de ahorro sin que la mayoría de ellos supiera hacer la O con un canuto y sin más objetivos que vivir a cuerpo de rey y retirarse con primas millonarias. Cuando a un mal político se le pone a gestionar lo que no sabe para sacar tajada personal ocurren cosas como esa de las Cajas, y ocurren cosas como las que está padeciendo el Club de Baloncesto Gran Canaria, el Granca, que este lunes vivió un episodio más hacia su desintegración. El político al frente se llama Lucas Bravo de Laguna, y su mano ejecutora, Joaquín Costa, que ha conseguido quitarse de en medio al director general de la entidad, Himar Ojeda, por razones que escapan a la pura lógica de la gestión y se adentran en el terreno del capricho personal consentido a mayor gloria de la incompetencia.