Anda convulso el movimiento empresarial oriental, que se dispone a dar conveniente relevo a Mario Rodríguez al frente de la Confederación. El debate principal radica en si es mejor un empresario consagrado o un empleado que ejerza una presidencia ejecutiva y muy remunerada, lo que de entrada se tropieza con unos estatutos por modificar. Pero en lo que llega la CCE, en la Asociación de Empresarios de la Construcción reina cierto desconcierto por acontecimientos recientes y por el intento de algunos de sus más carismáticos miembros por controlar una sectorial de mucho peso específico. Como primera medida, y a la vista de que ya nadie contaba con ella, la presidenta ejecutiva, Heidi Arocha, ya ha puesto tierra de por medio. Y no nos consta que nadie le haya agradecido los servicios prestados. Las espadas están ahora mismo en alto, aunque los votos de la patronal de la construcción para la renovación en la Confederación parecen bien amarrados.